Enrique de Diego.
Cuando se escriba la historia de esta distopía criminal habrá que reseñar que la resistencia, triunfante, se organizó sin medios, contra los medios, en el silencio espeso y tenaz por vendido de todos los medios corporativos, abjurando de su misión, que debía ser informar, en vez de mentir y manipular. Grave responsabilidad en el crimen la que han asumido los medios lacayos al servicio de los criminales del nuevo desorden mundial, en la que la mentira domina el mundo.
En esa historia entrañable de heroísmos Bizitza ocupará un lugar estelar, y estará escrito en letras de oro el nombre de Bilbao que consiguió romper el silencio sobre la sobremortalidad causada por las timo vacunas, por el veneno de muerte. Se contará como unos hombres y mujeres sin más armas que su dignidad y un canal de Telegram consiguieron mantenerse unidos y reunieron a más de 5.000 personas clamando contra el genocidio. Las víctimas se lo merecían.
Ni el Correo, ni Deia, ni Euskaltelebista dieron ni una sola noticia de una manifestación tan nutrida que ha sido un ejemplo para toda España. Pero han roto el silencio. Hablando horas antes con un miembro de Bizitza me decía que ahora la gente no parece estar tan movilizada como cuando el ataque era furibundo y agresivo, que no se atrevía adelantar nada, que si asistían 1.000 sería un fracaso, que si asistían 4.000 sería un éxito. Han sido más de 5.000 y ha sido todo un éxito. Hay que apuntar el silencio cobarde y lacayuno de esos medios de mierda, de todos los colores. La gente está movilizada, muy movilizada, más que nunca, lo único que sucede es que los medios ni ven, ni escuchan, ni dicen. Ya les llegará su hora.
¡5000 manifestantes contra el genocidio en Bilbao! ¡Roto el silencio sobre la sobremortalidad!