Enrique de Diego.
Tenemos que ser como un ejército en orden de batalla, como cruzados en el combate. Los 200.000 que leerán este artículo, más mis 6.5oo seguidores en twitter son pocos, pero cohesionados contra el enemigo somos una comunidad guerrera y luchadora, un cuerpo de élite que ya hemos ganado batallas como la deriva vegana de Burger King o la lucha contra la satánica Netflix, Debemos proponernos bajar el consumo de Heineken, Amstel y Cruzcampo un 80%. La tarea es sencilla: hablar a todas nuestras amistades, a todos nuestros familiares de que el tarado de Bill Gates ha adquirido un paquete de acciones, a través de la genocida Fundación Bill y Melinda Gates, con lo que se ha convertido, el enemigo máximo de la Humanidad, el exterminador de la especia humana, en socio de referencia de la cervecera holandesa.
Bill Gates entra al negocio de la cerveza, una bebida que dice que no le gusta. Ha comprado una participación del 3,76% del gigante neerlandés de las bebidas Heineken Holding NV, aunque el multimillonario ya había dicho anteriormente que “no es un gran bebedor de cerveza”. El registro de la Autoridad de los Mercados Financieros de Países Bajos (AFM) indicó que las acciones se compraron el pasado 16 de febrero. Gates compró 10,8 millones de acciones, por un valor de más de 939 millones de dólares, lo que desencadenó un requisito de divulgación bajo las reglas del mercado de valores de Países Bajos.
Entre las marcas que comercializa están Amstel, Bohemia, Cruzcampo, Birra Morettti, Dos Equis, Desesperados. Ladrón de Manzanas, Murphys, Ochota, Starobrno, Tecate. Zagocha, Zywiec. En el mercado español, Heineken, Amstel, Cruzcampo. Resulta escandaloso que mientras el tarado de Bill Gates mata indiscriminadamente a ancianos, hombres, mujeres y niños, al tiempo quiera hacer negocio con lo que beben y lo que comen. No lo va a conseguir. Guerra a muerte, guerra sin cuartel, guerra en el nuevo frente abierto, a por Heineken. Pronto lanzaré la llamada imperiosa del combate a la lista de correos de los firmantes de El Manifiesto contra el genocidio de los niños españoles. Se trata de difundir más y más esta cruzada con el empeño que pusieron nuestros antepasados.
Por de pronto, es un imperativo ético dar esta batalla con todas nuestras fuerzas. Es fácil, es sencillo, basta con que no entre en nuestras casas ninguna botella de ese brebaje globalista. Ni un euro nuestro puede ir a los bolsillos de ese genocida confeso. Pero es que esas acciones de sangre las ha adquirido la criminal Fundación Bill y Melinda Gates, que sabemos que controla el mercado de las terapias génicas, de las timo vacunas y también controla la criminal OMS. Sabemos que se dedican a matar y esterilizar, nosotros lo sabemos, que está experimentando para introducir en nuestro sagrado cuerpo la proteína Spike a través del ARNm, el grafeno, las nanopartículas, los metales pesados, los bichitos y toda la porquería inmunda de la cloaca de la agenda 2030, bien puede envenenarnos con la cerveza Heineken, Amstel y Cruzcampo. Ese villano contrahecho y miserable es capaz de todo. Como dice un tuitero en rima afortunada: «Si bebes Heineken, Vil Gates te cambia el gen». No hay batalla sin importancia, todas son decisivas y ésta es determinante. Vamos a acabar con los malditos globalistas,
Difúndelo. Ponte como meta en tus conversaciones telefónicas dar la información y proponer que no la compren. Ejercemos así la soberanía de consumidores. Hay que bajar el consumo de Heineken, Amstel, Cruzcampo en el 80%. En una sociedad cohesionada las cervezas Heineken, Amstel y Cruzcampo estarían derramadas, las batallas rotas y sus camiones asaltados, claro que lo primero sería detener al tarado Bill Gates, confiscarle los bienes y ponerle a la espera de un juicio sumarísimo. Pero podemos joderle bien en sus inversiones y promover al tiempo marcas minoritarias de esfuerzo artesano, Y que, jodiéndole a modo, todo el sector alimentario aprenda la lección.
Ha de ser una cruzada, nos lo hemos de proponer como una cruzada. Repitamos el grito guerrero de nuestros antepasados: ¡Dios lo quiere! Deus le vult!