Según pública El Comercio de Gijón, aunque a menudo escenario de hechos felices, ayer la playa de San Juan se convirtió en el involuntario decorado de un suceso trágico. En las primeras horas de la tarde, un joven de 25 años perdía la vida tras ser víctima de un infarto, que le sobrevino mientras paseaba por la playa. La respuesta de los servicios de emergencias, así como de los civiles presentes en ese momento en el arenal, fue rápida, pero nada se pudo hacer por evitar el fatal desenlace.
Fue en torno a la una del mediodía cuando el joven, vecino de Avilés y que recorría el arenal en compañía de una de sus primas, manifestó a su familiar que se sentía indispuesto. Poco después, y ya a la altura del enlace entre la playa de San Juan y la de Salinas, perdió el conocimiento y se desplomó en el suelo. Su familiar dio la voz de alarma, y pronto se congregaron alrededor otros paseantes, decididos a prestar todo el apoyo posible. También agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil, amén de una ambulancia del SESPA, acudieron al escenario, aunque todo fue en vano. Pronto se confirmaba la defunción del joven.
A la espera de la llegada del equipo forense, varios familiares y amigos se fueron congregando en torno al difunto, incluida su madre, quien, según testigos presenciales, «estaba rota de dolor». No fue hasta poco después de las cuatro de la tarde cuando se dio el visto bueno al levantamiento del cuerpo, una tarea complicada por lo difícil del acceso hasta la arena entre las dunas. Solo entonces la calma y las escenas cotidianas volvieron a adueñarse del arenal.
Fuentes municipales confirmaron que la víctima contaba con antecedentes familiares por afecciones cardíacas.