Ales Alejandro Jareño: «Observo que cada vez menos personas acuden a ponerse más dosis y en Albacete ha habido casos de Repentinitis en chavales que los han inyectado en los colegios»

Vivo en un pueblo con menos de 100 habitantes censados, la mayoría son personas muy mayores. El ayuntamiento es una responsabilidad que suele compartirse entre los pocos vecinos que nos presentamos. Aquí en este pueblo solo hemos tenido dos partidos, el PP y el PSOE. Yo me presenté inicialmente en las listas del PSOE porque los de ese partido me lo propusieron. Los resultados de las últimas elecciones dejaban un empate entre los dos partidos, salimos 3 concejales. Por el PSOE estábamos dos personas. Yo tenía un voto menos que el vecino que se presentaba por el PP. Cuando nos juntamos para votar al alcalde, como mi compañera de partido y yo éramos dos, y el del otro partido solo uno, me propusieron que diera mi voto a mi compañera, que a demás tenía menos votos que yo, pero siendo una persona adulta se supone que por su experiencia en la vida, sería mejor candidata que yo a la alcaldía. Yo salí a la calle, y empecé a hablar con todos los vecinos que pude, y les pregunté que haber que les parecía a ellos quien debería ser el alcalde. La mayoría de las personas con las que hable me dijeron que el alcalde siempre ha sido el más votado. En este caso el vecino más votado era el del otro partido. A mi me parecía injusto que por mi votación pudiera quedarse la alcaldía la persona con menos votos. Así que viendo mi falta de interés por votar a mi compañera de partido, me propusieron que me votara a mi mismo, y mi compañera también me votaría, con lo cual sería yo el alcalde. Tampoco vi justo que esto fuera así, ya que yo no era el vecino más votado. Decidí finalmente dar mi voto al vecino más votado, el del otro partido, con lo cual a mí ya se me trató de traidor por todos los del PSOE. Nunca he tenido ambiciones políticas. Me presenté en las elecciones porque no había más gente que se presentará, y entonces pensé que tal vez siendo un concejal del ayuntamiento, podría hacer algo que ayudará a nuestro pueblo a no caer en el olvido, ya que poco a poco Montalvos ha ido perdiendo población, no hay ni siquiera una tienda, ni colegios.

Tras exponer el escrito, solicité que desde este ayuntamiento se pidiera respuesta a preguntas, exigir transparencia a la hora de mostrar que datos disponemos realmente, pues estamos viendo cómo cierta parte de la información está siendo censurada. Expuse que como sanitario del SESCAM he depositado numerosos escritos en los registros, dirigido a nuestros profesionales responsables, sin llegar a tener respuesta a uno solo de los escritos presentados. Por eso quería poder aprovechar mi situación como concejal, para pedir respuesta a mis preguntas.

Los otros responsables del ayuntamiento se negaron a realizar mi petición, argumentando que claro, exponer que las medidas del sistema puedan no ser perfectas supondría una falta en su historial para poder aspirar a un cargo futuro en la administración.

Donde me contraten… Principalmente he trabajado en UCIs, y en unidades de cuidados críticos. Pero he pasado por casi todos los servicios donde un enfermero pueda hacer falta. Desde la pandemia no he vuelto a pasar por estas unidades, pero si me pusieron durante la 1 ola en una unidad para pacientes Covid terminales, pasando de ahí a urgencias y posteriormente a una residencia de mayores. Tras ser consciente de los problemas que el uso de la mascarilla me estaba ocasionando, me enfrente a la dirección, a prevención de riesgos laborales, a la inspección, y a todo un batallón de médicos especialistas que debían demostrar si yo tenía o no un problema con la mascarilla. Al final me reconocieron la incapacidad de trabajar con mascarilla, así que me adaptaron el puesto de trabajo a un despacho, donde ejerzo funciones solamente administrativas con un ordenador yo solo. A demás me encuentro en una unidad de vacunación, donde observo gracias a Dios, que cada día son menos las personas que acuden a ponerse más dosis.

Aunque no pueda ver a ningún paciente físicamente, si manejo los datos que muestran una reducción exponencial en el número de personas que vienen a administrarse el tratamiento. Ahora ya no llamamos a nadie para dar cita, puede venir cualquiera que desee vacunarse durante el horario de trabajo. Ahora se está observando una participación principalmente de gente adulta, entre los 18 y 50 años aproximadamente.

Cada vez más. Diariamente me llegan reportes de amigos y compañeros que han vivido o han conocido un caso de posible efectos adversos. Las repentinitis se han observado hasta en niños, que fueron inoculados en su propio colegio, y que coincidieron en el tiempo tras la vacunación y el fallecimiento. Sin embargo, y aunque este tratamiento se trate de un experimento, no se está analizando ni investigando ninguna relación con este fármaco en la aparición de problemas de salud en personas sanas antes de la inoculación.

Remontándonos a hechos recientes de la historia, se puede investigar las campañas de fertilización desarrolladas en sitios como África. Podemos ver cómo la OMS y UNICEF participaron en estudios para producir la esterilidad de las mujeres. Incluso se llegó a administrar una vacuna para el tétanos que las pudo esterilizar sin su consentimiento. Hoy vemos como el mayor problema de África en la actualidad es la perdida de natalidad, y podemos escuchar con tristeza los testimonios de aquellas mujeres que ya no pueden tener hijos. Nadie les explico nunca que aquella vacuna, que se suponía que tenía que evitar la muerte neonatal por la contaminación del instrumental médico empleado durante los partos en aquellas zonas, serian esterilizadas.

Si, se me ha acusado principalmente de desobedecer la orden directa de un superior. Este médico me ordenó administrar la terapia génica del Covid a unos residentes, yo le solicite que me respondiera a unas preguntas sobre la seguridad y necesidad de este tratamiento. Me contestó que él no había ido allí a responderme a nada, que o le pinchaba aquello o me iba con una instrucción. Tras ser expulsado de aquella consulta el médico puso ese tratamiento a los residentes. Uno de esos residentes falleció poco después de aquel pinchazo, y no olvidaré como esa persona decía que se enfermó por culpa de ese pinchazo. Todo esto me ha supuesto muchos problemas, me han limitado el acceso a mi puesto de trabajo, incluso he tenido que pasar algunos meses sin ninguna remuneración económica. He sido acusado de negacionista y de antivacunas, me han echo someterme de forma voluntaria numerosos exámenes médicos de diferentes especialistas. Aún así tras exponer mi situación a la opinión pública empecé a recibir ayuda para poder superar el coste del proceso judicial, el cual ya me han notificado que se celebrara en Toledo el 7 de febrero del 2024.