El fallecido es el sacristán de la Iglesia de La Palma y el herido grave, el párroco de la parroquia de San Isidro.
La Policía investiga como ataque terrorista la muerte a puñaladas de un sacristán en Algeciras y las heridas a un sacerdote de otra parroquia así como a dos personas más. La Policía ha detenido a un hombre, de origen marroquí cuya edad ronda la treintena, que cometió los apuñalamientos. El suceso se registró en la iglesia de La Palma, donde falleció el religioso, y en la puerta del templo de San Isidro, donde el arrestado ha dejado malherido al párroco.
El fallecido es el sacristán de la Iglesia de la Palma y uno de los heridos, que se encuentra grave, es el párroco de la Capilla de San Isidro, según las primeras informaciones. El autor de los apuñalamientos ha sido detenido, según ha confirmado la Policía Nacional.
El hombre, de origen marroquí, habría acudido a la capilla de San Isidro, ubicada en uno de los barrios más populares de la localidad, y tras discutir con el párroco le asestó una puñalada con un machete. Le dejó gravemente herido en el cuello. El atacante iba vestido con una chilaba.
La agresión comenzó a gestarse a las 18.00 horas de la tarde de este miércoles, cuando el agresor discutió con una feligresa. Después, regresó al finalizar la misa y mató al sacristán. El ataque se produjo dentro de la parroquia, después de que el sacristán se enfrentase al sospechoso, que entró de forma «violenta y amenazante». Allí le agredió por primera vez con el arma y, luego, le persiguió hasta que logró darle alcance en la plaza.
Posteriormente, se trasladó a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, el templo mayor de la ciudad, y allí acabó con la vida del sacristán, Diego Valencia.
Eran las 20.00 horas cuando la, hasta entonces vacía, plaza Alta de Algeciras se llenó de gente que corría. En la terraza del bar La Eskina, justo al lado de la Iglesia de La Palma, no había nadie en ese momento y los camareros cuentan que los pocos clientes que estaban dentro salieron al escuchar el barullo. La víctima mortal, el sacristán de La Palma, cayó muerto justo enfrente.
Uno de los empleados del bar relata cómo vio al atacante, un hombre alto con chilaba y un machete, huyendo de la zona tras rematar a su víctima a apenas unos metros de donde se encontraba. El agresor corría hacia la parte más baja de la ciudad dejando a su paso confusión y pánico generalizado.
Según explica, el ataque se produjo dentro de la iglesia, después de que el sacristán se enfrentase al sospechoso, que entró de forma violenta y amenazante. Allí le agredió por primera vez con el arma y, luego, le persiguió hasta que logró darle alcance en la plaza. Este testigo cuenta que el atacante se dirigió también a la cercana capilla de Europa y «se lió a machetazos» con la puerta del templo.