José Miguel Alvarado.
A día de hoy son muchas las mujeres que, en nombre del feminismo, defienden la práctica masiva del aborto (2,5 millones en España entre 1990 y 2020), pero ¿cuántas de ellas saben que su defensa obedece a los planes de los eugenistas del siglo XIX?
El eugenismo es una corriente sociopolítica que busca el exterminio de determinadas personas y la procreación de otras para purificar una raza en concreto o la especie humana en general.
¿A qué les recuerda eso? A Hitler y los nazis, ¿verdad? Pues no, no fueron ellos los inventores del eugenismo, sino los ingleses, empezando Thomas Malthus (1766-1834), quien justificaba su deseo de eliminar el exceso de pobres con la falacia de que la Tierra no podía producir suficientes alimentos para ellos.
El siguiente en importancia fue Charles Darwin (1809-1882), quien proyectó sus deseos malthusianos en su teoría de la supervivencia del más fuerte, la cual no tenía ni tiene fundamento científico, ya que en la naturaleza la colaboración predomina sobre la lucha. Sin embargo, tales deseos se materializaron en una corriente llamada darwinismo social que pretendía y pretende suprimir las exiguas ayudas que el estado brinda a la clase obrera para que la naturaleza extermine a los más débiles.
Ahora bien, el padre oficial de la eugenesia fue el primo de Darwin: Francis Galton (1822-1911), quien hacia 1865 sistematizó las diferentes ideas eugenésicas y no sólo quería matar de forma indirecta a los pobres al quitarles las ayudas del estado, sino matarlos y reducir su número de manera directa mediante esterilizaciones y el aborto.
En esta metodología destaca una de las discípulas de Galton: Marie Stopes (1850-1958), la cual, siguiendo la doctrina de su maestro, fundó las primeras clínicas abortistas de la historia (1912) para matar a los fetos de los pobres, de los no-blancos y de todos aquellos que mancillaban la raza anglosajona, ¡eso sí!, bajo el eufemismo de “planificación familiar”. Actualmente sus clínicas abortistas se encuentran operativas en 25 países.
Todos estos eugenistas y protoeugenistas tienen en común su religión, pues eran protestantes, una secta cristiana caracterizada por su totalitarismo y su obsesión por renovar al hombre y reinstaurar el paraíso en la tierra mediante la erradicación absoluta del mal, obsesión que les llevó a quemar a unas 200.000 “brujas” entre los siglos XV y XVIII.
Pues bien, ¿a que no adivináis quien aprendió de Marie Stopes su modelo empresarial para abortar a los hijos de los pobres y los no-blancos? Margaret Sanger (1879-1966), la fundadora de Planned Parenthood, la empresa de abortos más grande del planeta.
Margaret Sanger era de padres excatólicos, pero tan eugenista como los personajes mencionados. En 1912, escapando de EEUU, desembarcó en UK, donde aprendió el modelo abortista de Marie Stopes. De regreso en EEUU, abrió la primera clínica abortista del país (1916). ¿Dónde? En los barrios más bajos con la intención de controlar la natalidad de los negros, de los hispanos, de los inmigrantes y de los pobres.
Para que sus víctimas no sospecharan que era una eugenista que pretendía purificar la humanidad contrató a un reverendo y a un médico negros para que engatusaran a sus congéneres. Aparte de esa treta, hizo pasar sus intenciones eugenésicas como un tema de “salud pública” o “salud reproductiva” y les hizo creer a las mujeres negras e hispanas que abortar era un acto de empoderamiento y libertad frente a la opresión patriarcal y que asesinar a sus propios hijos no era tal, sino un derecho legitimo a decidir sobre su propio cuerpo.
Con la ayuda de Ford, Rockefeller y los eugenistas de EEUU la empresa de control de natalidad de Sanger prosperó. Pero tras la derrota del Tercer Reich las teorías eugenistas quedaron en muy mal lugar y todos esos elitistas tuvieron que disimular. Eso sí, los nuevos amos del mundo (Rothschild y las restantes familias de la mafia de la usura) no dejaron de implementar sus propios planes eugenistas (NSSM 200) por medio de Planned Parenthood… incluyendo entre sus objetivos a la raza blanca.
Lo más llamativo de todo es como el pueblo, especialmente los “y las” izquierdistas, han hecho suyas las consignas eugenistas de las élites y andan repitiendo los eslóganes ideados por estas con el fin de reducir su número. Que el ser humano es una plaga que merece ser exterminada por la salud ecológica del planeta es otra idea eugenista que ya muchos plebeyos han interiorizado.
Conseguido esto, el próximo objetivo de los gánster de las finanzas es normalizar la eutanasia, como en Bélgica, de donde están huyendo los jubilados por temor a que les asesinen en los hospitales, lo cual concuerda con el informe del FMI de abril de 2012 en el que planeaban reducir el riesgo que suponía para su economía la “longevidad adicional” de los de abajo.
Mmm, ¿y si las defunciones masivas de ancianos por covid…?