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Al innombrable y su Cruz no los conocen ni en el pueblo de ésta

Redacción




Luis Bru.

Gloriosa Agatha Ruiz de la Prada en su batalla soterrada con el innombrable. Primera en la frente, su libro, «Mi historia», lo publica La Esfera de los Libros y la idea es de la editora Ymelda Navajo, antigua amiga del innombrable, y digo antigua porque doy por hecho que se trata de una amistad rota.

Inquietante la escasa, casi nula, importancia que le concede Agatha en sus memorias a Cruz Sánchez de Lara. Vale aquí lo de no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Pero Rambla Libre ha podido constatar que a la tal Cruz no la conoce nadie ni en su pueblo, Villanueva de la Serena, y el innombrable se desvanece en las sombras.

Agatha pone, en su exitoso libro, en boca del innombrable una máxima horrenda y escatológica: “Si mi último proyecto es una mierda, mi vida habrá sido un fracaso”. Pues, poniéndose escatológico, que es lo que toca, El Español es una mierda pinchada en un palo y su nueva esposa, no digamos, apesta. Están clavadas dos cruces en el monte del olvido, que dice la canción. Triste final para un señor de Logroño. He aquí a un fracasado innombrable de puro invisible.