Enrique de Diego.
Resulta metafísicamente imposible no darse cuenta de que eso que llaman periodismo ha devenido en una alternativa cutre a la prostitución, Lo que viene sucediendo con la sobremortalidad es clamoroso y cava el descrédito de los medios infectos, a los que ya no cree nadie, y menos que a nadie a esa caja tonta y diabólica que es la televisión. REPENTINITS es término acuñado por el gran biólogo purasangre Fernando López Mirones y vulgarizado por Rambla Libre que con esfuerzo y tesón lo ha conseguido introducir en el diccionario y es tendencia en twitter un día sí y otro también. Dícese de la muerte súbita del adulto que se produce cuando el timo vacunado cae fulminado al haber alcanzado la proteína Spike -esa de la que se llegó a escribir en la escoria de Libertad Digital que era inocua- el nivel de saturación acoplándose en las células AD2 del corazón, de pronto, en un instante, como fulminado como un rayo, sucumbe.
Pues bien los pocos reportajes sobre la sobremortalidad no alcanzan a desvelar el misterio, y ninguno de esos medios chaperos liga la siega de REPENTINITIS que diezma a los deportistas, a los futbolistas, a los ciclistas, al hombre de la calle. Los periodistas se han vuelto tontos de remate o imbéciles incapaces de unir las causas más sencillas con los efectos más evidentes. De ahí que se relacione con cualquier cosa, que se vaticine que el ictus se va a disparar en los próximos años, que tenga que ver con el esotérico timo climático, que lo único que da es para que se forren unos pocos con las energías renovables y nos fumiguen a los demás como ratas con sus estelas químicas, sin que nadie proteste ni pregunte, ni el PP, porque la tonta de Isabel Díaz Ayuso hace lo mismo que Pedro Sánchez, ni Vox, que puso el culo a la agenda 2030 cuando el confinamiento chino y al pasaporte covid.
El periodista es un chapero del dinero, de las élites, que son quienes mandan en todos los medios, pues en todos están a las órdenes de Black Rock y Vanguard, o sea del enemigo. Todos los medios mienten y se dedican a la propaganda más indecente, a la asquerosa mentira. Todos coinciden en las mismas cuestiones que les interesan a sus amos, los globalistas, matar a la gente, eliminar población, como dicen, del planeta. El periodista de todo el espectro, del único espectro, del no pensamiento pero sí único, se deja sodomizar por un pez espada y recibe las heridas con sadomasoquismo. Ya no les cree nadie en sus patrañas, mientras sigue cada día derrumbándose más gente de REPENTINITIS. Asco de chaperos.