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Los traidores de Vox contra los nietos del 18 de julio de 1936

Redacción




Michael Boor.

Michael Boor y Miguel Frontera se van a enfrentar mañana domingo en un ring en el gimnasio Briales de Madrid a las tres de la tarde
En este periódico ya hemos contado que Michael Boor sostiene desde hace algún tiempo un enfrentamiento dialéctico con el peón callejero de Vox llamado Miguel Frontera. Pues bien, el tiempo de las palabras ha pasado y ahora toca cumplir lo que está pactado, aunque a Michael Boor le ha costado bastante organizar este tema porque Miguel Frontera rehuía cualquier tipo de combate en serio en un ring.
Tampoco ha podido contar con los medios que tradicionalmente se han hecho eco de sus distintas campañas contra los políticos corruptos. Se ve que los voxeros pueden hacer lo que les dé la gana, porque tienen un respaldo mediático y parapolicial muy fuerte, pero los que luchamos contra este sistema anti español y corrupto nos las tenemos que arreglar como mejor podamos. El apoyo de muchos se queda en buenas palabras y en el morbo de ver las cosas por los vídeos mientras Michael Boor va prácticamente solo a un sospechoso gimnasio, elegido por su rival, en plena zona de voxeros.
Todo ello después de haber sido invitado, con malas palabras, a liarla en el bar de Miguel Frontera por parte del propio Frontera. Un agente de cloacas tan evidente que hasta en un vídeo le preguntan, los propios policías, si es Guardia Civil o del CNI. Un tipo que cuenta con el respaldo suficiente como para enfrentarse personalmente a un personaje tan peligroso y turbio como Pablo Iglesias y en su propia casa. Que presume de tener relación directa con los abogados de Vox y va poniendo por ahí denuncias a la gente que se le pone por delante.
El propio Michael Boor lo explica así:
No voy a ocultar que no me fío de Miguel frontera ni de su entorno de cloacas, aunque sí tengo buena impresión de lo que es un gimnasio de entrenamiento de artes marciales, pero si son amigos de este personaje eso no me da buena espina.
Yo voy a ir a las tres de la tarde de mañana domingo, 19 de noviembre, y quien quiera venir conmigo será mi camarada. Y quien no quiera venir por miedo, aunque es ridículo, pues que no venga, pero que nadie se invente excusas para no venir a hacer simplemente de testigo de una situación. Porque el que se va a subir a un ring soy yo: otra cosa son las trampas y shows de Frontera. Yo ahí no entro.
Simplemente estoy diciendo lo que pienso y hago responsables tanto al gimnasio Briales como al propio Miguel Frontera de cualquier guarrada que quieran hacer dentro de sus instalaciones. Porque hay que recordar aquí que Frontera ha elegido tanto el gimnasio como el estilo de lucha y que me saca unos cuantos kilos, por más que vaya por ahí llorando y diciendo que eso es una desventaja. Pero es que nadie le obligaba a pelearse conmigo en un ring ni en ninguna parte.
Por cierto: este mentiroso de Frontera va por ahí diciendo que soy un perroflauta, simplemente, por desenmascarar sus enredos de cloacas, pero debo ser un perroflauta muy raro. Porque antes de este combate voy a ir a la Plaza de Oriente a rendir honores a los caídos por Dios y por España. Es un acto que se celebra a la una de la tarde.
Desde nuestro periódico animamos a la gente de Madrid que apoya a Michael Boor y su causa patriota nacional.