Javier Marzal. Presidente de ANVIPED.
Federico Jiménez Losantos, es un periodista y empresario de los medios de comunicación. En wikipedia se dice que tiene un “estilo agresivo de periodista” que le “ha supuesto una larga serie de demandas y condenas judiciales a lo largo de su carrera”.
Esta experiencia hace que Losantos conozca la absoluta arbitrariedad de los fiscales y jueces en este tipo de delitos; además, también critica la prevaricación de los jueces en otro tipo de delito.
Losantos ha sido uno de los pocos españoles que ha ganado en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por vulneración de la libertad de expresión, porque este corrupto tribunal desestima por norma este tipo de procedimientos.
Lo más llamativo es que él mismo se jacta en su programa vespertino de radio, de que casi todos los días denuncia a alguien por vulnerar su derecho al honor, despreciando la libertad de expresión por la que él ha sido condenado varias veces, aunque haya ganado algunos recursos o todos.
En esta vorágine judicial, en 2022, tras la falta de conciliación, ha interpuesto una querella criminal contra otro periodista en el ejercicio de su profesión, concretamente contra Enrique de Diego, editor y periodista de Rambla Libre.
En la querella acusa a De Diego por un delito de injurias y otro de calumnia. El juez José María Escribano Laclériga, en el Juzgado de Instrucción nº 46 de Madrid, ha archivado la denuncia por el delito de injurias mediante Auto del 13 de octubre de 2022, con profusión de jurisprudencia como base de los acertados razonamientos; sin embargo e inexplicablemente mantiene el delito de calumnias relacionado con las controvertidas vacunas experimentales contra la denominada COVID-19.
Aunque es poco probable que la querella prospere, cabe reprochar a Federico Jiménez Losantos que moleste a un compañero delicado de salud, que le haga dedicar su tiempo a un asunto judicial, que le someta a un juicio penal y que, además, pueda ser condenado por un juez prevaricador, como sucede todos los días del año.
Confío que Losantos sea condenado por los hechos que él mismo ha calificado como calumnia.