Luis Bru.
Extraña unanimidad en el apoyo de todos los medios -Es País, El Mundo, Abc, El Confidencial, La Vanguardia- al delirante y corrupto Lula y la oposición cerval a Jair Bolsonaro. Empezando por la semántica de las etiquetas: Lula es de izquierdas y Bolsonaro es de extrema derecha, término diabolizado, en el que se ha invertido mucha tinta y mucha propaganda.
Si fuera por la prensa globalista -ya no hay derechas e izquierdas, sino globalismo y resistencia patriótica- Lula no hubiera necesitado el colosal fraude sino que hubiera ganado con el 90% o el 100%, parejo a las encuestas brasileiras que fallan más que el CIS de Tezanos. El País titula: «El secreto del triunfo de Lula: una amplia alianza para salvar la democracia». ¡Qué bonito! Todos los medios azuzan contra los camioneros. La Vanguardia, pauta del globalismo mediático, señala con un título significativo: «La clave de la victoria de Lula: arrasar en Bahía por doce millones de votos»
Es decir que Bolsonaro ha ganado de calle en todo el territorio nacional menos en la región de Bahía donde Lula gana, sospechosamente, de goleada. Eso dibuja un fraude colosal. El sistema de voto telemático es muy fácil de manipular, sobre todo desde que George Soros controla el mercado. Así se produjeron hechos extraños, semejantes al estruendoso fraude perpetrado en 2020 en las elecciones norteamericanas que dio la victoria a un demente y sobón Biden. En un momento, cuando iba ganando Bolsonaro, todos los votos empezaron a sumar a Lula.
Ante esta situación, el bolsonarismo sociológico, las amplias y laborosas clases medias, han protagonizado manifestaciones multitudinarias. Algunas han sido frente a las puertas de cuarteles
iles de personas se ha concentrado este miércoles frente a las puertas de cuarteles en Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro para exigir una «intervención militar» frente al fraude de Lula y su agenda globalista que dividiría más a Brasil.
Las concentraciones, en las que los manifestantes proclaman que «autorizan» al presidente Jair Bolsonaro a recurrir a las Fuerzas Armadas, fueron convocadas a través de las redes sociales por los grupos que apoyan al gobernante y no reconocen la victoria fraudulenta de Lula en las urnas.
No se sabe dónde va a terminar esto, pero las elecciones norteamericanas son un pésimo ejemplo. Dejas constancia de la nula influencia de los mass media globalistas españoles. Brasil necesita un revulsivo, una revolución si no quiere terminar como Venezuela en manos del corrupto Lula.