Virginia Montes.
El Kremlin no está dispuesto a suavizar su línea conservadora. El lunes 17 de octubre, los parlamentarios rusos expresaron su deseo de endurecer la ley de 2013 contra la “propaganda homosexual” entre menores. Como informó Le Figaro , este texto crearía una prohibición sobre la “negación de los valores familiares” y la “promoción de orientaciones sexuales no tradicionales”. En medio del conflicto con Ucrania, Rusia se olvida, por tanto, de sus batallas internas. Alexander Khinstein, jefe del Comité de Información de la Duma, incluso cree que “la operación especial tiene lugar no solo en el campo de batalla, sino también en la mente y el alma de las personas”.
El multimillonario y ultraconservador Konstantin Malofeïv por su parte aseguró que «la propaganda de la sodomía está verdaderamente en el centro de la influencia del enemigo». Vyacheslav Volodin, el presidente de la Duma, mencionó mientras tanto una ley destinada a “proteger” a los rusos. El Parlamento ruso debería aprobar este texto más estricto en otoño. Mientras tanto, Vladimir Putin anunció la liberación de casi 4 mil millones de rublos, o 64 millones de euros, para fines patrióticos y educativos. Temas que el Kremlin no ha hecho más que reforzar desde el inicio de la guerra en Ucrania.