Francisco de Diego Sánchez.
Quiero dar a conocer mi experiencia personal con los vídeo juegos con el fin de que jamás a nadie más le ocurra. Son una víctima temprana de las farmacéuticas, que me destrozaron la vida con la timo vacuna triple vírica, conservada en mercurio, causante de múltiples trastornos y afecciones. Todos estas secuelas se ven agravadas por los vídeo juegos pues es bien sabido, desde el año 1993, año en el que Nintendo no pudo ocultar más lo evidente e hizo público que sus vídeo juegos causaban epilepsia.
Son muchos los males que los vídeo juegos causan. No son más que una droga audiovisual, revestidos de inocencia, no haces daño a nadie y te distraes. Pues no. Los vídeo juegos no son más que las armas del diablo para tenernos dóciles y aborregados. Ya dice el sociópata, pseudo intelectual Yuval Noah Harari que a los inútiles, a los que sobran (la mayor parte de la población mundial) a que darles «drogas y vídeo juegos».
Es un error pensar que se puede jugar con el diablo y salir indemne, y jugar a vídeo juego es jugar con el diablo. Nuestros enemigos aquí, además de la industria farmacéutica y la elite globalista, son Nintendo, Sony o la consabida Microsoft, fundada por el psicópata de Bill Gates. ¡Sean constantes en la lucha! ¡No dejen que sus hijos jueguen a vídeo juegos! ¡Estamos en guerra!