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Carta del Editor: ¡Qué paren el genocidio de la REPENTINITIS, ya!

Redacción




Enrique de Diego.

Un tuitero coloca el siguiente mensaje altamente significativo de la masacre actual por REPENTINIS: «20 años, muerte fulminante andando por la calle. El hijo de un compañero de uno de mis mejores amigos. Hoy ha estado en su entierro. Gracias a todos los energúmenos que han colaborado desde arriba hasta abajo en las miles de muertes «inexplicables» y «repentinas».

El cantante José Manuel Soto estalla: «Goteo incesante de amigos, familiares y conocidos, más o menos de mi edad, aparentemente sanos, q mueren de forma repentina e inexplicable, ¿Qué coño está pasando aquí?». Con toda la razón le recuerdan que en su día ejerció de vacunazi imbécil: aseguró meses atrás que confiaba en la ciencia y pensaba hacer caso a las recomendaciones médicas.

La prensa canaria da cuenta de que «Salud Pública» va a investigar, «dentro de sus medios», la abrumadora sobremortalidad que asuela las Islas, y que es un fenómeno terrible que afecta a toda España. En ralidad, no va a investigar nada, porque no hay nada que investigar, todo es efecto directo y buscado por las timo vacunas que están hechas para matar, para eliminar población. El genocidio lo ha hecho «Salud Pública». Eso como si lainvestigación la dirige el vacunazi frívolo y atolondrado de César Carballo, cómplice del genocidio.

No todos mueren en el anonimato, algunos tienen la ocurrencia de morirse con publicidad en medio deuna competición. Así, un ciclista de 49 años falleció este domingo de un infarto durante el Media Maratón Tajos de Alhama, una prueba de bicicleta de montaña (BTT) disputada en Alhama de Granada. El ciclista era, además, policía local, estaba timo vacunado y pervirtió su función para que se impusiera la dictadura sanitaria de los confinamientos. Nunca se ha oído que un ciclista en plena forma, con 49 años, se desploma en plena competición. No sirve de nada preguntar, como Soto, ¿aquí que pasa? Porque lo que pasa, no tiene vuelta de hoja, que la proteína Spike que se acopla a las células AC2, abundantes en el corazón, hace de las suyas y el sistema inmunológico termina considerando al corazón como un enemigo y le atacan fulminándolo.

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Otro caso que salta a los periódicos. Luto en la Real Sociedad y en la cantera guipuzcoana. Unai Arruabarrena, excanterano realista y jugador también del Antiguoko Añorga y, más recientemente, del Lagun Onak, ha fallecido a los 22 años de edad. ¿Cuándo se había escuchado que un excanterano de 22 años sucumbiera? Es efecto de la timovacuna.

Así han muerto o sobremuerto más de treinta mil personas, que se dice pronto, una ciudad como Soria que de pronto desaparece. Y no ha hecho más que empezar. ¿Qué dirá a todo esto el vacunazi fatuo de César Carballo? ¿Cómo lo explicará el gilipollas?

No han muerto por el timo climático. Por el calor no muere nadie. Se pone uno a la sombra y no pasa nada. El caso es que estos dos casos y los que conoce José Manuel Soto y ese tuitero que habla del hijo de 2o años de un compañero porque esos no han muerto en julio o agosto, sino ahora cuando refresca, como todos los años, y llueve. A este paso, les han tomado por tontos, a mí no, y a ti tampoco, sabemos bien con quien nos la jugamos, sabemos el genocidio que han puesto en práctica y que continúan con lo que llaman la cuarta dosis. ¡Ya les llegará su hora, más pronto que tarde a esos asesinos codiciosos! ¡Qué paren el genocidio, ya!