Editorial.
Las Policías y Fuerzas Armadas están asumiendo una terrible responsabilidad actuando de guardias pretorianas y lacayas de los genocidas globalistas y de unos gobiernos que han perdido su legitimidad de ejercicio y deben ser derrocados y lo serán.
En los tiempos convulsos que vivimos y aún más en los de extremo conflicto que se avecinan, las Policías y Fuerzas Armadas deben decidir si están con el pueblo, con los ciudadanos, o son, como las SS, los asquerosos perros guardianes del sistema, aduciendo que siguen órdenes; las órdenes injustas de gobiernos deslegitimados deben ser desobedecidas por imperativo ético,
Vimos a la Policía Montada del Canadá desfondarse en el abismo de la inmundicia arremetiendo sin piedad contra los héroes del Convoy de la Libertad. Todo el genocidio de la masacre de los ancianos y de la siega de vidas con la timo vacunación, así como el uso de las nefastas mascarillas, se han puesto en práctica sobre la coacción de la violencia ejercida por las Policías y las Fuerzas Armadas.
Es hora de decisiones. Las poblaciones, llevadas a la desesperación por los políticos asquerosamente globalistas, acuciadas por el hambre y el frío, se van a movilizar, desarmadas, y los políticos se escudarán detrás de las Policías y las Fuerza Armadas, cuando ejecutan un ataque cruel e inmisericorde contra las poblaciones engañadas, manipuladas y coaccionadas. Al fin y al cabo, sus familias también han sido agredidas y padecen y van a sufrir las consecuencias de las nefastas políticas globalistas.
En los tiempos venideros, cuestión de meses, las Policías y las Fuerzas Armadas deben decidir con quién están, con el pueblo o contra el pueblo, si son amigos o enemigos.