Enrique de Diego.
El malestar recorre como reguero de pólvora todos los sectores sociales. Los políticos sólo ofrecen retórica, consignas globalistas, viven alejados a la realidad. La Justicia no es el ámbito amable de defensa de los derechos de los ciudadanos, sino, politizada, la larga mano de los políticos, así vimos que en las reclamaciones por las políticas de la pandemia se refundieron y se archivaron, lo que produjo harto escándalo e indignación.
Javier Marzal es uno de esos hombres heroicos que, contra viento y marea, se ha mantenido erguido desde la sociedad civil contra la corrupción que según la Unión Europea representa en España ¡el 8% del PIB! Empezó denunciando un caso de escándalo de la Seguridad Social perjudicial para los hombres del mar y desde una asociación, ANVIPED, decidió luchar contra la corrupción de la metamafia judicial, término que él ha acuñado.
Ahora está ante las acusaciones a 9 jueces de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y miembros del Consejo General del Poder Judicial acusados, con nombres de bancos y números de cuentas corrientes, de tener en paraísos fiscales cuentas multimillonarias. El escándalo se ha tratado de ocultar acallando a los mensajeros abriéndoles causa en la Audiencia Nacional, pero para Javier Marzal es la estrategia equivocada, la que deja en un mar de dudas al ciudadano, muy sacudido por la crisis y necesitado de saber que tan altas instituciones está fuera de toda duda.
«Es muy sencillo -me dice- que los bancos certifiquen que esos datos aportados no son ciertos». En confianza, me transmite su convicción de que si lo son. Va a promover una gran manifestación nacional pidiendo, exigiendo que haya transparencia, que se aclare el escándalo mayúsculo, que califica como «el hecho más grave de la democracia».
El otoño va a ser caliente, muy caliente.