Luis Bru.
Carolina Darias siempre vuelve a la escena del crimen cuatro veces, cuatro. Mandada, con aspecto de empleada de pompas fúnebres; con la que está cayendo por culpa de los malditos globalistas, Darías dice estar dispuesta a poner la timo vacuna, el brebaje genocida, a los de 80 años el día 15 de septiembre.
Vuelve a la escena del crimen, como cuando a los ancianos se les asesinó en las UCis y en la residencias de ancianos intubándoles, y prohibiendo los medicamentos baratos y eficaces, para luego proceder al exterminio con las timo vacunas de fierabrás.
Hasta la mente más obtusa puede entender que algo que no impide la transmisión ni el contagio, no debe ponerse bajo ningún concepto; que algo que se pone sin conocimiento informado y saltándose todas las normas es un arma criminal, del que nadie quiere responsabilizarse, y que no es ni por asomo una «vacuna» algo que necesita una cuarta dosis o dos refuerzo después de tener la pauta completa.
Carolina Darias tendrá que dar rendidas cuentas de sus actos, sin que la salve la obediencia debida o que seguía órdenes. Lacaya.