ROMA — El Papa Francisco anunció el domingo la creación de nuevos cardenales, entre los que se encuentra el notoriamente progresista obispo de San Diego, Robert W. McElroy, un creyente en la “aniquilación climática” por el calentamiento global, la nueva religión apóstata.
Durante su mandato como obispo de San Diego, McElroy ha minimizado constantemente el mal del aborto y, en 2020, hizo la sorprendente afirmación de que el «número de muertos» por el cambio climático es mayor que el del aborto y que ninguno de los dos temas debe tener prioridad sobre el otro.
Actualmente, casi un millón de abortos se realizan cada año en los Estados Unidos, y anualmente más de 40 millones de bebés por nacer en todo el mundo mueren a causa del aborto, lo que la convierte en la principal causa de muerte en el mundo.
Por el contrario, aún no ha habido una sola muerte atribuible al «timo climático», y el número anual de muertes por eventos climáticos severos se ha desplomado en los últimos años, alcanzando un mínimo histórico de menos de 10,000 en 2021, una disminución del 99 por ciento. de hace un siglo, cuando medio millón de personas al año morían a causa de las inclemencias del tiempo.
Antes de las elecciones presidenciales de 2020, McElroy declaró que “la supervivencia del planeta, que es el requisito previo para toda vida humana, está en riesgo” debido al timo climático y agregó que, por esta razón, muchos católicos sienten que “no pueden apoyar a un candidato” para un cargo nacional que no luche enérgicamente contra el cambio climático”.
“Las decisiones sobre el cambio climático en los próximos cuatro años amplificarán o detendrán irrevocablemente la trayectoria de nuestro mundo hacia la aniquilación climática y el posible final de toda la vida humana en este planeta”, advirtió.
En 2021, McElroy abogó abiertamente por la doctrina McCarrick sobre la Comunión para los políticos católicos a favor del aborto, insistiendo en que se le debería permitir al presidente Joe Biden continuar recibiendo la Sagrada Comunión a pesar de su agresiva defensa del derecho al aborto.
McElroy insistió en que, al tratar con Biden, los obispos estadounidenses, ante todo, necesitaban “señalar la unidad” para ayudar a sanar y unificar al país.
El llamado del obispo a la unidad y la reconciliación más allá de las diferencias partidistas fue un sorprendente alejamiento de su historial de abierta y vitriólica hostilidad hacia el expresidente Donald Trump.
Apenas un mes después de la toma de posesión de Trump en 2017, el obispo McElroy le declaró la guerra al presidente y le dijo a su audiencia de guerreros de la justicia social que interrumpieran los esfuerzos de Trump cuando y donde fuera posible.
“El presidente Trump era el candidato de la disrupción. Él fue el disruptor”, dijo McElroy. “Bueno, ahora todos debemos convertirnos en disruptores”, dijo.
En su discurso, el obispo instó a sus oyentes a resistir la tentación de unirse bajo el presidente y más bien oponerse a él en todo momento.
“Debemos interrumpir a aquellos que buscan enviar tropas a nuestras calles para deportar a los indocumentados, para arrancar a las madres y los padres de sus familias”, dijo McElroy. “Debemos interrumpir a quienes presentan a los refugiados como enemigos, en lugar de nuestros hermanos y hermanas en terrible necesidad. Debemos interrumpir a aquellos que nos entrenan para ver a los hombres, mujeres y niños musulmanes como fuentes de miedo en lugar de como hijos de Dios”.
“Debemos interrumpir a quienes buscan robar nuestra atención médica, especialmente a los pobres. Debemos interrumpir a aquellos que tomarían incluso cupones de alimentos y asistencia nutricional de las bocas de los niños”, dijo.
Curiosamente, en su letanía de los males de los políticos, McElroy omitió el tema del aborto, que la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos había declarado como el tema moral “preeminente” en el país de hoy.
En noviembre de 2019, el obispo McElroy, de hecho, se resistió a los esfuerzos de los obispos de EE. UU. de declarar el aborto como el tema moral “preeminente” para los votantes católicos.
En la reunión anual de obispos, McElroy dijo que no estaba de acuerdo con el lenguaje que destacaba el aborto como la “prioridad preeminente porque ataca directamente la vida misma”, diciendo que era contrario a la enseñanza de Bergoglio.
El obispo McElroy dijo que el texto era “discordante con la enseñanza del Papa, si no inconsistente”, a pesar de las frecuentes condenas del Papa al aborto. Francisco calificó el aborto como un “ flagelo ” y comparó el acto de abortar con contratar a un sicario para sacar a un niño.
En ese momento, el temible arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, respondió al obispo McElroy, insistiendo en que llamar al aborto la «prioridad preeminente» no solo era correcto sino necesario, y agregó que esta posición no representaba una ruptura con Bergoglio.
“Estoy en contra de cualquiera que diga que nuestra declaración de que [el aborto] es preeminente es contraria a la enseñanza del Papa, porque eso no es cierto”, dijo. “Establece una batalla artificial entre la conferencia de obispos de los Estados Unidos y el Santo Padre, lo cual no es cierto”.
“No me gusta el argumento que usó el obispo McElroy, porque no es cierto”, agregó, provocando una ronda de aplausos de los obispos en el salón.
En su documento sobre ciudadanía fiel, los obispos señalaron que el aborto en los EE. UU. significa la “destrucción continua de más de un millón de vidas humanas inocentes cada año a causa del aborto”.
Bergoglio dijo que McElroy y los otros 15 nuevos cardenales en edad de votar serán creados el sábado 27 de agosto.