Sor Emanuel Maillard.
En la solemnidad de la Anunciación, el Papa Francisco pronunciará la oración de consagración de la humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María, a las 17 (hora europea), en el marco de una celebración penitencial en la Basílica de San Pedro en Roma.
En paralelo, a pedido del Papa, el Cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico, hará lo mismo en el Santuario de Fátima. Los obispos del mundo entero han sido invitados a unirse a esta consagración en sus respectivas diócesis, confiando de esta forma a Ucrania y a Rusia a la oración y a la intercesión muy especial de la Virgen María.
Coincidentemente, hacia las 17:40, la Virgen se aparecerá a la vidente Marija Pavlovic en Medjugorje y le dará su mensaje mensual.
Estamos todos invitados a unirnos a este momento de oración para confiar a la Virgen María la paz en el mundo, especialmente en Ucrania. Podremos seguir en directo la transmisión de la oración con el Santo Padre por el canal https://www.youtube.com/user/
Encontrarán el texto de la consagración en español que pronunciará el Santo Padre en: https://press.vatican.va/
Renovando nuestra consagración personal al Corazón Inmaculado de María, respondemos a sus llamados maternales para nuestro bien y el de toda la humanidad. Así imitamos a su Hijo Jesús que se confió al cuidado de su Madre dependiendo totalmente de Ella.
Además, particularmente ahora en que experimentamos la gravedad del combate espiritual, los invitamos a retomar el rezo diario de la oración del Papa León XIII al Arcángel San Miguel, revalorizada por San Juan Pablo II. Encontrarán la explicación de esta tradición en: https://www.aciprensa.com/
He aquí la oración del Papa León XIII: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra las perversidades y las asechanzas del demonio. ¡Reprímale Dios, pedimos suplicantes! Y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al Infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”
En muchas oportunidades la Virgen ha expresado en Medjugorje su deseo de que nos consagremos todos a su Corazón Inmaculado. He aquí uno de sus mensajes:
“Queridos hijos, los invito a vivir los mensajes que les doy, especialmente hijitos porque deseo acercarlos más al Corazón de Jesús. Hijitos, hoy los invito a la oración de consagración a mi querido Hijo Jesús, a fin de que sus corazones le pertenezcan. Los invito además a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. Deseo que ustedes se consagren personalmente, pero también a nivel familiar y parroquial. Así, todo le pertenecerá a Dios a través de mis manos. Por lo tanto, hijitos, oren, oren, para que puedan comprender la grandeza del mensaje que les doy. No deseo nada para mí, sino todo para la salvación de sus almas. Satanás es fuerte y, por lo tanto, queridos hijos, por medio de la oración perseverante estréchense fuertemente a mi corazón maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado (25 oct. 1988)
“Satanás quiere la guerra” nos ha dicho María en muchas oportunidades (ej. 25 de marzo de 1993). Para vencer el mal y fortalecernos en el combate espiritual, empuñemos las armas que tenemos a nuestra disposición: la oración, el ayuno (penitencia) y la Consagración a los Corazones de Jesús y de María.
En gran unión de oración,
Sor Emmanuel +
(Comunidad de las Bienaventuranzas)
Ps: He aquí las palabras de María a los tres pastorcitos de Fátima, el 13 de julio de 1917:
“Han visto el Infierno a donde van los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si hacen lo que les digo, muchas almas se salvarán y habrá paz. La guerra terminará. Pero si no se deja de ofender a Dios, bajo el pontificado de Pío XI comenzará otra todavía peor. Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que es el gran signo que Dios les da: castigará al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones contra la Iglesia y el Santo Padre. Para impedir esta guerra vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si se aceptan mis pedidos, Rusia se convertirá y habrá paz; de lo contrario difundirá sus errores a través del mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir y muchas naciones serán destruidas. Al final mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia que se convertirá y le será concedido al mundo un cierto tiempo de paz”.
