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El caso Esther López y el soberano ridículo de todo el sistema y de la chapucera Guardia Civil

Redacción




Enrique de Diego.

¿Qué sucede si a una joven le acaece una REPENTINITIS en medio del campo y es buscado su cadáver durante dos semanas, con amplio despliegue televisivo? ¿Si muere de REPENTINITIS en un pequeño pueblo, mejor aún, en un descampado,, en una cuneta? Pues que el sistema, todo el sistema, no sabe qué hacer con ella, con su cadáver, y la Guardia Civil chapucera hará todo lo posible por sembrar de dudas la muerte, cometer todos los fallos habidos y por haber, y hundirse en el cenagal.

Es lo sucedido en el caso de Esther López, la joven de 35 años. fallecida en Traspinedo, Valladolid, un hermoso pueblo resinero. Por lo menos los padres merecen saber que su hija murió por la vacuna, o mejor por la timo vacuna, por el veneno de muerte que nuestros dirigentes, Pedro Sánchez y Alfonso Álvarez Mañueco, les ofrecieron como la solución maravillosa y que fue una trampa letal. Los auténticos asesinos tienen nombres y apellidos y son, entre otros, los citados. Entre otros, porque quienes segaron la vida de una joven castellana forman parte de una conjura criminal mundial. Y la Guardia Civil lacaya no está preparada para desentrañar el caso y proceder a las detenciones del presidente del Gobierno y del presidente de la autonomía.

Aparecido el cadáver, tuvo lugar la escenificación del vodevil. La nota la dio la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. En concreto, anunció en un tuit que la muerte de la mujer de 35 años fue «violenta». «Quiero expresar mis condolencias y apoyo a su familia y personas queridas, y pedir respeto para ellas y para la investigación», añadió en el propio mensaje, en su cuenta personal de la red social. «Debemos evitar elucubraciones y reacciones que pueden causar más daño», cuando la podemita había sacado las patas del banco.

En la misma línea (no olvidemos que se celebran elecciones en Castilla el 13 de febrero y percibimos el hedor del aprovechamiento electoral), el líder del PSOE y entonces candidato en Castilla y León, Luis Tudanca, situó la muerte con un «asesinato machista» y aseguró que no existirá una sociedad «plenamente libre, mientras haya una mujer con miedo».

Más grave aún, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se tiró a la piscina y se declaró «conmovido» en el mismo acto electoral en León y apuntó que el feminismo no es «confrontación y ruptura», sino «igualdad» y «una causa de los derechos humanos», según citó que había descrito el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Aseguró que se está trabajando para que la muerte «no quede impune» y los autores «acaben donde tienen que acabar». No fueron mejor las cosas en el PP pues Pablo Casado, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, y haciendo gala de su irresponsabilidad supina y su frivolidad mayúscula, pidió prisión permanente revisable.

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Ya se sabe, toda mujer muerta lo es, en principio, por el invento ese del heteropatriarcado. Así, que la Guardia Civil, previamente a encontrar el cadáver, que lo encontró un atento senderista, porque la ex Benemérita está cegata de corrección política y ya ni atina, se puso a cumplir con lo que el sistema le pedía y detuvo al bueno de Ramón, alias el manitas, la friolera de 72 horas, el máximo permitido por Ley, y procedió al registro de su casa, con él de testigo, e informada de que iba a viajar a Cuba, para casarse, se empeñó, con la complicidad de los delirios de una jueza, en impedírselo. Que se sepa, nadie ha pedido disculpas.

La Guardia Civil es una institución muy chapucera y deficiente, que ha sido corrompida por la corrección política y el lacayismo de sus mandos ya que el ascenso al generalato, objetivo de todo oficial, se produce por nombramiento en Consejo de Ministros. Eso ha conducido al deterioro de la Institución marcada por la ineficacia y la ineptitud. El caso paradigmático fue la enorme cagada en la desaparición del niño almeriense Gabriel Cruz desaparecido el 27 de febrero de 2018, que fue buscado por 5.000 efectivos, que resultaron inútiles, 3.000 profesionales y 2.000 voluntarios, y hallado el 11 de marzo, asesinado por una sospechosa de libro, Ana Julia Quezada, que ya había presuntamente asesinado a una hija suya. Lo que sí hace es bordar el despliegue de medios para las televisiones. En esta ocasión, ha llevado a la perra Baguira, la unidad de drones, además del GEAS, los hombres rana que han peinado el Duero.

El cadáver apareció sin el más mínimo signo de violencia, ni señal de autodefensa, con todas sus pertenencias. Fallecida el mismo día y tuvieron que inventarse para ocultar su incompetencia que el cadáver había sido depositado allí. Luego que había sido atropellada, para lo que se desplazaron al lugar técnicos de la Guardia Civil, aunque el cadáver no ofrecía signos, ni huesos rotos, ni magulladuras, ni nada de nada.

He aquí el docto dictamen de la Catedrática de Diagnósticos Clínicos, María José Martínez Albarracín, una eminencia: Esther López de la Rosa, la joven muerta y desaparecida en Traspinedo (Valladolid) murió por una «hemorragia interna», por una REPENTINITIS:

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«Si no hay signos de violencia en el cadáver de la infortunada joven, pudo ser perfectamente una consecuencia adversa de la vacunación covid. ¿esta chica estaba vacunada? Es algo que no ha trascendido pero que, de ahora en adelante y debido a las “repentinitis” y otras complicaciones previsibles, es necesario saber. Ya es bien conocido el hecho de que las vacunas covid y especialmente las génicas vectorizadas como la de AstraZeneca  y Janssen, producen trombosis con trombocitopenia, lo que ocasiona, especialmente en grandes troncos venosos coágulos de tamaño impresionante. Dichos coágulos consumen gran cantidad de plaquetas y factores de la coagulación y, como consecuencia, se pueden provocar hemorragias masivas. Estas hemorragias se han visto principalmente en dos zonas anatómicas:

«El seno cavernoso cerebral, que es una dilatación venosa que se encuentra situada lateralmente con respecto a la silla turca y el hueso temporal del cráneo, que contiene en su interior a la arteria carótida interna y al sexto par motor ocular, estando situados por fuera del mismo, el tercero y cuarto pares craneales (también nervios motores oculares, lo que explica algunos de los frecuentes trastornos de los ojos que producen estas inoculaciones) y la primera rama del quinto par o rama oftálmica del nervio trigémino.

«El territorio de la vena esplénica, procedente del bazo y que drena sangre en la vena porta: un gran tronco venoso que se dirige hacia el hígado y que está formado por la confluencia de la vena esplénica y las venas mesentéricas que recogen la sangre del intestino. El término “hemorragia interna” suele referirse a una hemorragia visceral, frecuentemente de estos territorios vasculares y, sabemos que las inoculaciones covid, activan el sistema linfático y las células linfoides activadas se concentran precisamente en el bazo. La hemorragia digestiva o “hemorragia interna” es pues una complicación relativamente frecuente de estas mal llamadas vacunas».

Dado que la hemorragia fue en el toras y abdomen, se dan todas las condiciones de esta segunda opción. Pero el sistema, todo el sistema, esta escoria de sistema, del que la Guardia Civil forma parte, nunca reconocerá su participación en el crimen. Tendremos que ser nosotros, los ciudadanos, los que hagamos Justicia a Esther López y a tantas víctimas del sistema por las timo vacunas, por el veneno de muerte.