Según informa Noticias León, el que fuera subcampeón de pesca de España fallecía de forma repentina tras una breve enfermedad todavía sin diagnóstico a los 59 años de edad.
El periodista y compañero de pesca, Eduardo García Carmona, recuerda a su amigo en una emotiva despedida:
El dolor me embarga y, con seguridad, mucho menos que a sus familiares más directos pero, Juanito para mí, siempre ha sido y será, allí donde esté, como de la familia.
A Juanito le conocí siendo un crío y trabajaba en Flores Santamaría, en el barrio de El Crucero de León, donde mi cuñado José era su compañero. Fue entonces cuando compartimos momentos de gran amistad junto a Esther e Isidro, dos trabajadores y amigos del establecimiento. Ya es difícil pronunciar «compañeros y amigos» pero es que Juanito no dejaba lugar a dudas en ningún sentido porque siempre ha sido una persona afable y leal, amigo de los amigos, compañero servicial.
Querido Juanito, aún recuerdo aquella ilusión que nos hizo el primer vadeador que nos compramos (10.000 pesetas) en Castro donde Emilio San Segundo nos había reservado uno para cada uno. Eran los primeros cacharros para ir al río a pescar olvidándonos de las botas tradicionales aquellas, marca Águila, de color verde. Las estrenamos en el río Torío, en la zona de Pedrún y fuimos en una tarde veraniega a pescar y merendar, una vez que salisteis de trabajar: tú, Jose, Esther, Isidro y yo. Eran los primeros compases de la mosca seca en León a finales de los años 70 y me diste una lección de 10 a 1 en capturas, casi nada.
‘Juanito’, como le llamaban los que le conocían, junto a algunos amigos del mundo de la pesca de León.
Después, llegaron muchas jornadas más y también recuerdo mi primera entrevista en Televisión de León cuando realizaba el programa de Caza y Pesca. Mientras te preguntaba en un local que tenía AEMS en el antiguo CHEF, tú confeccionabas la «saltica de San Juan», un tricóptero que siempre te daba muy buenos resultados en los ríos. Qué jóvenes éramos.
Amistad eterna
Pasaron muchos campeonatos de clubes a los que pertenecíamos, provinciales, autonómicos y nacionales donde siempre llegabas y eras de los buenos.
Aquellos selectivos para el Campeonato del Mundo que se celebraron en el río Esla y donde conseguiste clasificarte para el mundial de Canadá con una trucha conseguida sobre la bocina.
Tantas y tantas aventuras de pesca donde tu constancia, trabajo, saber y facultades físicas te hacían sobresalir sobre muchos, metiéndote por derecho propio entre los mejores del momento en León y España, en cualquier tipo de competición.
Especial momento fue verte en el Hostal San Marcos recogiendo el trofeo de ganador de La Semana Internacional de la Trucha. Qué cara de felicidad tenías junto a tu hija, Andrea.
La pesca, su motor
Y hasta un día que, después de llegar yo desde tierras Canarias, te acercaste a Asturias para pescar el salmón en el río Sella. Acudías en compañía de Mariano D. Sahagún y JL. Fidalgo «Josines», dos amigos comunes y excelentes pescadores y personas. Llegasteis a tierras asturianas el viernes por la tarde porque queríais pescar el coto al amanecer. Los tres, tras una opípara cena y en los «brazos de Morfeo» en la furgoneta os quedasteis sobaos y tuve que llegar yo al aparcamiento a despertaros. Qué días, estimado Juanito.
En Gradefes que bien lo pasábamos con motivo del FILANDÓN, donde siempre acudías para compartir mesa y mantel, además de pesca, junto a Guti, Leonardo, Guy Roques, Charuto Rilo, Mariano, José Luis y las respectivas mujeres que nos acompañaban en la jornada antes de pasar al Aula del Río que siempre estaba repleta.
Han sido tantas y tantas las aventuras que darían para escribir varios libros.
La pandemia que lo cambió todo
La última vez que estuvimos pescando fue en 2020 en el coto de Pesquera, una vez que nos dejaron salir del puto confinamiento que nos «comió el tarro a todos». Acudí a Felechas, localidad de la montaña leonesa a caballo entre Boñar y Cistierna, donde cada Agosto suelo estar en casa de mis queridos Luis Alberto «Chingli» y JL. Méndez. Sacaste el coto como sobrante y allí pasamos una gran jornada de amistad, con excelente merienda a pie de río y miles de «picotazos» de mosquitos. Charlamos de Olleros de Sabero y los años de mozos cerca de las minas. Ya no volvimos a pescar juntos aunque sí nos vimos en muchas ocasiones. La puñetera pandemia.
Se fue tú padre y no lo pude despedir pero tenías a tú señora madre siempre al lado junto a Cheli y tus tres hijos.
Siempre que acudía a León giraba una visita a la calle Renueva para sacarte de tu trabajo y que pagases un café con un buen pincho de tortilla. La última vez fue el pasado 20 de Diciembre de 2021. Te vi muy desmejorado y fue cuando me enteré de que estabas padeciendo un calvario con las secuelas del COVID que habías superado felizmente durante parte de ese verano del ´21.
No, no ha sido ese «bicho» sino otro que se metió en tú cabeza, una encefalitis. Quién lo iba a decir.
‘Juanito’, como le llamaban los que le conocían, junto a algunos amigos del mundo de la pesca.
Es tanto lo que vivimos juntos querido Juanito que éstos, y miles de recuerdos más, me acompañarán hasta el día que me reúna contigo y volvamos a salir de pesca con San Pedro y otros amigos que tendrás por ahí arriba pero, no me esperes pronto que, aún tengo cosas que resolver por aquí.
Siempre estarás en mi corazón, amigo y maestro de la pesca y la vida. DESCANSA EN PAZ, y «cago en ningún dios», como bien decías con gracejo especial cuando te enfadabas un poco. Mira que dejarnos solos.
Juanito persona que en vida fue tenaz, cabezón, trabajador, honesto, humilde, afable, intuitivo, desconfiado, amable, cariñoso, competitivo, audaz, amigo, encantador, delicado, compañero y sobre todo, padre.