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Carta del Editor: Castellanos, hundid a Mañueco, el muñeco diabólico

Redacción




Enrique de Diego.

Votar al PP de Mañueco, el muñeco diabólico, es una indignidad; es participar de su pacto, y el de Pablo Casado, con el diablo, con la agenda 2030, que significa la destrucción de Castilla y sus valores de Libertad. Hay que hacer un esfuerzo, castellanos, para hundir a Mañueco, el vacunazi.

Desde que lancé la consigna a los purasangres castellanos y demolí este Mañueco globalista y vacunazi, cuando soñaba, el mediocre, con conseguir el resultado de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, absorbiendo los votos en derribo de la escoria globalista de Ciudadanos, las tornas han cambiado: cada día se desangra más el partido satánico del PP, que ha llevado su indignidad hasta participar su dirigente en las orgías diabólicas del Foro Económico Mundial. «La campaña le ha sentado mal al PP», «Mañueco se desinfla», son los comentarios generalizados del momento. Mañueco es un pelele que arrastra su adoración a la agenda 2030 por el cenegal de su inmundicia. En esta hora presente, apocalíptica, los castellanos tienen la posibilidad de votar y enderezar las cosas, tienen la posiblidad de salvar a Castilla de ese engendro. Todavía hay tiempo de reflexionar y que ni siquiera gane las elecciones.

Este mediocre lleva toda la vida viviendo de la política; eso es ya casi lo de menos, porque es la norma; este personaje endeble de comedia bufa, fondón, ha querido presentarse como el líder de una región noble que hizo España con su batallar de siglos, con su espíritu de frontera. Ha impuesto la tiranía sanitaria a los castellanos, les ha engañado, inyectándoles el veneno de muerte. Y todavía el mentecato osa engañar y engañarse diciendo que «se ha demostrado que la vacuna es efectiva contra el virus y nuestra mejor arma para acabar con la pandemia». ¡Propaganda del averno!

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Votar a Mañueco es votar al diablo, es votar la mentira, es votar la podredumbre y la putrefacción, es votar a Bill Gates y a los poderes oscuros del inframundo, a quienes sirve y a quienes obedece, como un perrito faldero. En su supina indignidad ha llegado a restringir la asistencia a los Templos sagrados, a la adoración a Jesús Sacramentado, como quieren los diablos a quienes sirve y obedece, hasta el punto de que le ha dado un varapalo el Tribunal Supremo. La sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo “estima el recurso presentado por la Asociación Española de Abogados Cristianos contra el Acuerdo 3/2021, de 15 de enero, del presidente popular de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco”, que establecía un límite de 25 personas en celebraciones religiosas.

La organización de juristas informa que «el fallo llega a cuatro días de las elecciones autonómicas del 13 de febrero. En él, el Alto Tribunal sentencia que Mañueco no era competente para restringir la asistencia a celebraciones religiosas como lo hizo. La sentencia define la limitación como “una medida que sin duda es gravosa para la práctica de las manifestaciones colectivas de la religión católica, con afectación de un derecho fundamental, y cuya proporcionalidad es abiertamente insuficiente”.

¡Qué osadía de mequetrefe! ¡Se necesita ser vacunazi! Por supuesto, lo mismo cabe decir de esos monstruos satánicos de PSOE y Podemos. Los purasangres han de concentrar el voto a Vox, no por méritos propios, sino por deméritos de los contrarios, para luego exigirle que se haga con la consejería de salud, y ponga fin a la matanza de castellanos tomados como imbéciles con la timo vacunación, que dejen de poner banderillas a nuestros ancianos y, por supuesto, que acaben con toda restricción tiránica.

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No hay que abstenerse; la abstención activa es, aquí y ahora, en las elecciones del 13 de febrero, una pose estética que no podemos permitirnos. ¡Castellanos, hundid a Mañueco, el muñeco diabólico!