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Las mentiras del caso Antonio Resines, el vacunazi

Redacción




Luis Bru.

En gran medida, la campaña a favor del pinchazo ha girado en torno a Antonio Resines, cuya presencia en las televisiones, el principal aparato de propaganda, fue habitual y produjo frases como las siguientes: «La otra opción a la vacuna es que la palmas»; «¿eso lo entiendo todo el mundo? Por supuesto que yo me la voy a poner»; «no se puede permitir que la gente salga sin mascarilla y haga una manifestación masiva»; «la delegación del Gobierno que los detenga a todos, que los meta en la cárcel y que se queden allí una temporada»; «el que no se vacune es un subnormal»; «hay algunos que son cortos porque no entienden que la vacuna se puede poner porque está testada y que la otra opción es que la palmas. A ver si lo entienden, que si te pilla mal el covid, la palmas».

Los vacunazis han respirado aliviados cuando ha salido de la UCI del Hospital Gregorio Marañón y ha sido trasladado a planta, no ha sido dado de alta, tras su ingreso el 22 de diciembre; es decir, que lleva hospitalizado más de cuarenta días.

Las mentiras en el caso Antonio Resines, con patologías previas, un cáncer y un infarto, empiezan desde el mismo momento de su ingreso: ¿no estaba inmunizado? No, no lo estaba, a las pruebas evidentes me remito. ¿Cómo ha podido contagiarse? Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina, dice que «la proteína Spike que se viraliza es patógena». Claro que para los subnormales del sistema es un subnormal. Creo que es un sabio. Entonces la explicación es que Antonio Resines le han inyectado la proteína Spike que es la que produce la enfermedad y por tanto le han infectado con el veneno de muerte, que se camufla bajo el venerado nombre de vacuna, timo vacuna.

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Luego el sistema ha vendido esa tontería de que gracias a la timo vacuna la enfermedad es leve, sus síntomas son leves. ¡Qué risa, tía Felisa! Ingresó el 22 de diciembre y subió a planta el 28 de enero; es decir, la friolera de 37 días. Su esposa, Ana Pérez Lorente afirma que «está mucho mejor» pero no indica cuándo será el alta, pero ya ha pasado el peligro. El propio Resines ha hecho la proeza de escribir un tuit: «Con esta foto quiero dar las gracias a todas las amistades que me han acogido en sus hogares durante este road trip que ya va llegando a su fin», ha escrito. ¡Vamos, Resines! El road trip ha sido largo y costoso: 12.414 euros por día de UCI, más la estancia en planta. Ha salido por un pico. Es decir, de evitar la hospitalización y efectos leves nada de nada.

Luego, estarán las secuelas, que no le harán fácil pisar de nuevo un set o un plató; con el riesgo añadido de que se presenten enfermedades autoinmunes. Menos mal que, por lo menos, no se ha muerto, de lo que nos alegramos, porque, en otro caso, hubiera sido un completo fiasco a su posición vacunazi.