Enrique de Diego.
¡Arriba los corazones! ¡Con orgullo, que ya habéis vencido! Sólo os queda recoger los frutos de la gran victoria. El ajuste de cuentas está muy próximo, sólo tardará unos pocos meses. Los camioneros de Canadá han abierto y han iluminado el camino. ¡Heroicos y benditos camioneros de Canadá! Frente al canalla de Justin Trudeau escondiéndose como las ratas, mientras el ejército y la policía le obedece a medias. Hijo de Soros y de Bill Gates, satánico sodomita. ¡Así caerá la gran Babilonia!
Ahora marchan los legendarios camineros de Australia a la capital. El día 14 saldrán de toda Europa hacia ese antro de corrupción que es Bruselas, donde reina la corrupta Ursula von der Leyden, que borra los correos que la incriminan con el CEO de Pfizer, a cuyas órdenes están. Todos unos chorizos los de Bruselas, con la comisaria de Salud que la han pillado con cuatro millones de euros llegados a su cuenta, y no sabe explicar cómo ni de dónde, con la directora de la EMA, lobbista de las farmacéuticas, que ha permitido el engaño y la masacre; la gran choriza. Babilonia va a caer, los que hacían negocio con ella llorarán, «los que comerciaban con sus productos, que se hiceron ricos a costa de ella», dice el Apocalipsis.
Me perdonaréis la auto cita sin otra finalidad que mostrar que no peco de optimismo, sino soy estrictamente realista. Decía en una de mis anteriores cartas, hace semanas: «nadie nos va a quitar esta victoria, ninguno de los lacayos genocidas de Bill Gates, ni Hans Kluge ni Tedros Adhanom, ese pistolero garrulo, que ha dominado la escena en los primeros compases, metiendo el pánico y prohibiendo los tratamientos baratos y eficaces como la ivermectina y la hidroxicloroquina, a fin de que se perpetrara el gerontocidio en las UCI, con César Carballo en primera línea, y en las residencias de mayores. En mi anterior Carta del Editor titulada «Esto no aguanta ni dos meses» empezaba diciendo que «con cierta frecuencia me preguntan: ¿cuánto va a durar esto? Como tiendo al optimismo, fundamental para un guerrero, un soldado de Cristo, suelo responder, para dar un margen de error, que no dura más de dos meses. Aunque en realidad pienso que esto no dura dos semanas».
Honor y gloria para los camioneros canadienses
Estaba todo lleno de yesca para el incendio sólo hacía falta un detonante y ha sido Canadá. Honor y gloria por los camioneros canadienses que con su bendito convoy por la libertad a Ottawa nos han dado una lección a todos y han cambiado el curso de la historia. Si los austriacos obtuvieron su Stalingrado, los canadienses han tenido su Día D, Hora H, el desembarco de Normandía. Los globalistas son una minoría ínfima, son unos hijos de puta satánicos, que han ido poniendo sus peones y corrompiendo a la clase política y mediática, comprándola con dinero y vicios. ¿Cómo llegó al poder un personaje tan endeble y miserable como Justin Trudeau? Campañas de televisión, opresión de los medios, la venta de un producto por la caja diabólica. Un soplo y ya es historia vergonzante que habla desde algún lugar ignoto. Los camioneros no tienen más proyecto políticos que la dimisión de Justin y la recuperación de las libertades.
Ni una sola noticia en los medios, ni en los digitales ya vendidos. Canadá no existe. La guerra de Ucrania que se había buscado como sustituto no tendrá lugar. Los medios infectos e inmundos se desprestigian cada día más, no venden más que mentiras contra la salud y la vida de nuestros familiares, de nuestros hijos, han funcionado a machamartillo en la cacería de los niños. ¡Más les valiera atarse una rueda de molino y tirarse al fondo del mar! ¡Canallas! ¡No tienen perdón de Dios los falsos periodistas!
Ahora les toca a los heroicos australianos
Ahora les toca a los heroicos australianos acabar con ese régimen totalitario que ha cruzado todas las líneas del totalitarismo más atroz. Marchan con el ejemplo de sus hermanos canadienses -nunca se había sentido tan a flor de piel un sentido de fraternidad universal entre los no pinchados, hombres dignos- y con el grandísimo ejemplo de ese héroe de la Humanidad que es Novak Djokovic, que ha perdido injustamente un lugar en un campeonato de tenis pero se ha ganado un lugar en nuestros corazones, agradecido y entusiasta.
Muchos obispos, cardenales y el infecto Bergoglio serán jugados y condenados
Parecían los sitios más difíciles, Canadá y Australia, donde la dictadura había llegado más lejos; Europa caerá como un azucarillo. A Bruselas, a su corazón corrompido y putrefacto van a marchar camioneros de todas las naciones en una recreación de Europa, de la Cristiandad, en la que muchos obispos (incluido el de Palencia, indigno sucesor en la silla de Don Tello Téllez de Meneses), cardenales y Bergoglio, el bobalicón cojón del Anticristo, tendrán que ser juzgados por crímenes contra la Humanidad; son lobos globalistas con arreos episcopales y cardenalicios; juzgados y condenados. «Pagadle con su misma moneda, devolvedle el doble de sus obras; mezcladle en la copa el doble de lo que ella mezcló. En proporción a su fasto y su lujo, dadle tormento y duelo», dice el Apocalipsis, y esos tiempos apocalípticos.
Lo que hay que hacer está en los anexos de mi libro Bergoglio, el cojón del Anticristo, que lo enriquezco con nuevos capítulos en lulu.com. Sólo quedan unos pocos meses. Hemos luchado bien, habéis luchado de maravilla; en España se ha movilizado la gente y el día 12 en Madrid será otro éxito.
De USA ha venido el mal; los norteamericanos me han decepcionado
Sólo me han decepcionado los norteamericanos. El ataque ha venido de Estados Unidos, de Anthony Fauci, de George Soros, de Bill Gates, de los Rothschild, de los Rockefeller, de los Bush, de los Clinton, de sus peones Obama y del pelele Joe Biden; ha venido de su modelo capitalista, de sus corporaciones, de sus mentiras que han dejado anidar en ellos, del timo más falso que un Judas de plástico del calentamiento global, de sus mierdas de universidades, de Harvard, Columbia, Berkeley; ellos tienen que dar el do de pecho, que todavía ni han dado. Fuck Biden…Fuck USA. Hemos tenido que ver al glorioso Cuerpo de Marines, Semper fidelis, sacrificados a la marca de la bestia, a todas sus Fuerzas Armadas, acobardadas por el Pentágono, por un presidente putrefacto y fraudulento, inyectadas con el veneno de muerte.
Mariló y Johana, ánimo, habrá justicia
Mariló, habrá justicia, eso te anima, seguro, a luchar, eres esencial en este combate entre el Bien y el mal; Johana, con tus ganas de vencer nos animas a todos. El ajuste de cuentas está próximo. Es cosa de meses, pocos. Como dijo Oliver Cromwell: «Rogad a Dios y mantener la pólvora seca».
Otrosí: Pronto tendrá lugar el acto de conciliación con el enano genocida de Losantos, el que ha llamado «asesinos» a los buenos padres que han protegido a sus hijos. No temo a la justicia humana, pero en nada confío en ella, sólo temo y confío aún más en la Justicia Divina. Santa Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.