Enrique de Diego.
Eres un pozo de mierda, Rafa Nadal, el mayor pozo de mierda que se ha visto en una pista de tenis; el lame culos de Bill Gates, el estiércol del globalismo. Has ganado la ensaladera del open de Australia como homenaje al gobierno más bestial y más totalitario del orbe. De qué te sirve ganar el mundo, si pierdes tu alma, podrida y corrompida, recoge pelotas de Bill Gates, egoísta redomado, con cara de pánfilo, adulador de los poderosos, elogiador de sus pútridas normas como un mamporrero de la SS. Aquí unas normas y hay que cumplirlas…así se llevó a los judíos a Auschwitz, por no cumplir las normas nazis, vacunazis.
Hay mediocres y mindundis, como un tal Javier Beneguitas, que hace alarde de ti y te pone al lado de Pedro Sánchez y pregunta que España prefieres. Ninguna. Eso es patriotismo de opereta, disidencia controlada de la peor especie. Tú, Javier Nadal, eres el perrito faldero, el amigo de francachelas de Bill Gates, y eres mi enemigo. Pronto harás campaña por la «mierda sintética» de Bill Gates.
No te debías haber retirado cuando le impidieron jugar a Novak Djokovic, eso era impensable e impropio de ti; lo mejor ha sido como han sucedido las cosas. Han salido para la capital los heroicos camioneros a salvar su libertad de la tiranía, y dispuestos a no cumplir las normas, tus normas opresoras, tus normas liberticidas, y marchan con Novak Djokovic, el inmenso. Porque dentro de unos años tú serás un nombre maldito en un historial y él será admirado por todos, como un hombre digno, que supo anteponer sus principios y sus valores a la gloria mundana efímera. Él invierte en tratamientos, tú tratas de forrarte haciéndola en las farmacéuticas que producen el veneno de muerte.
Desaparecerás, serás verduras de las eras manriqueñas, y no quedará de ti ni el mal recuerdo del recogepelotas de Bill Gates. Siento vergüenza de que seas compatriota mío. Siento auténtico asco de ti, Rafa Nadal.