Enrique de Diego.
En la intervención, a la desesperada, el Dr. Vladimir Zelenko ante el Consejo Rabínico de Israel concluye -intuye que no se le va a hacer caso- que, al fin y al cabo, en su salida de Egipto hacia la Tierra Prometida, éxodo iniciático, la idea de la Redención sólo fue seguida por el 10%. Muchos decidieron preferir siendo esclavos de los faraones. Otros, aprovechando la subida de Moisés al Monte Sinaí, donde Yahve le iba a entregar las tablas de la Ley, estableciendo así su alianza, prefirieron recoger todo el oro del que tenían y hacer un ídolo a su codicia: el becerro de oro.
La codicia irrestricta
Hoy, una minoría globalista adora al becerro de oro y tiene una codicia irrestricta, con las farmacéuticas, Bill Gates, George Soros, Black Rock, que le ha llevado hasta el genocidio. Ya decía San Josemaría Escrivá de Balaguer en 1974, en «La Tercera Campanada»: «Se escucha como un colosal non serviam! (Jerem. 11, 20) en la vida personal, en la vida familiar, en los ambientes de trabajo y en la vida pública. Las tres concupiscencias (cifr. 1 Ioann. 11, 16) son como tres fuerzas gigantescas que han desencadenado como un vértigo imponente de lujuria, de engreimiento orgulloso de la criatura en sus propias fuerzas, y de afán de riquezas. Toda una civilización se tambalea, impotente y sin recursos morales». La pequeña codicia de los sanitarios, que les pagan 20 euros la hora por matar a gente.
Una guerra ganada pero debemos darla en nuestro interior
Esta es una guerra de religión en la que para vencer hay que recuperar la noción de pecado, el mal como ofensa Dios, nuestro Creador. Porque hay que ganarla a fondo, porque debemos ser buenos. Ganada está ya. No estaban preparados para encontrar tanta RESISTENCIA; lo escribo con mayúsculas y, si pudiera, con letras de oro. Han mentido mucho, sin escrúpulos; han tomado a la gente por imbéciles, que, según el Diccionario, está dicho de los alelados, escasos de razón. Y una mayoría de gente ha picado.
Risto Mejide que ha pasado por todo se pone la inyección y cae, se pone la dosis de refuerzo, y vuelve a caer, «colecciono variantes», dice, como si le hubieran llegado de Sudáfrica y no a través de la jeringuilla y es en su propio cuerpo en el que mutan.
La imbecilidad de Alejo Vidal-Quadras
Otro imbécil, este inesperado, Alejo Vidal-Quadras, el pobre hombre se ha puesto tres pinchazos y ahora da positivo en antígenos, pero no tiene síntomas, o no tiene nada, o ha de tener síntomas; de las enfermedades siempre se tienen síntomas. ¿Cómo no va a dar positivo en antígenos -dan un 42% de falsos positivos- si le han inyectado un antígeno?
Y todo el mundo haciendo el imbécil: Pablo Casado, el «asintomático»; Yolanda Díaz, la vicepresidenta que no sabe donde tiene la mano derecha; una que es ministra de Ciencia e Innovación, qué vaya Ciencia e Innovación puede organizar, si no sabe lo más básico; y hasta el pobrecito de Pablo Echenique que se sigue creyendo su mentira.
Pero es que ha habido médicos imbéciles que fueron infectados a la primera dosis y les dijeron que eso les pasaba porque no se habían puesto la segunda y menos mal que pasarían la enfermedad más leve, y se lo creyeron, los muy imbéciles.
Cada vez más gente, con vergüenza, en silencio, sabe que algo anda mal, que mucha gente sucumbe por REPENTINITIS, y no se han puesto la dosis que llaman de refuerzo; de refuerzo, ¿de qué? Han tenido que lanzar propaganda para auténticos besugos, del tipo de que la timo vacuna no impide el contagio, ni la transmisión, entonces ¿para qué sirve? Exclusivamente, para matar.
Actuar con rapidez, compatriotas
La mentira se ha caído pedazos porque un número resaltable de gente ha resistido, no ha visto la televisión, y ahora no saben como organizar la desescalada, que llaman, la retirada que parece una desbandada. Sólo resiste Australia donde las cosas se han llevado demasiado lejos hasta convertirse en un campo de concentración. La suma de los purasangres y los que no se dan, salvo imbéciles como Alejo Vidal Quadras, y parecía la voz de la sensatez, es un imbécil redomado, el tercer pinchazo somos abrumadora mayoría.
Los purasangres somos generosos, queremos el bien de la gente, que se salven y vivan, que se hagan urgentemente análisis Dímero D y un Hemógrama, para ver el riesgo de REPENTINITIS, y tomar los antídotos a la carrera; NAC, Zinc, Suramina… Porque están todos los que se han inyectado el veneno de muerte en peligro cierto de desarrolar en pocos meses gravísimas enfermedades autoinmunes, que son cuanto menos crónicas. Les queremos. Buscamos su bien. Estamos dispuestos a que estén a nuestro lado en esta lucha por la regeneración de nuestra sociedad y de las personas, porque esa precisa con urgencia ser física pero más aún ser moral. Necesitamos aceptar la Redención de Cristo.