Enrique de Diego.
Ay va la leche, menudo susto nos has pegado, Juan Marín. Anda que te vas hacer la foto del Consejo de Gobierno andaluz, ese organismo que sirve para que tú y otros como tú, coman caliente y tomen manzanilla, y vas y te desvaneces. Menos mal que estaba allí ese adefesio, gordo de la patata y del langostino, con cargo al contribuyente, que tenéis de consejero de salud, Jesús Aguirre, diabético, que a ver si le decís que se cuide un poco, que es una vergüenza, y te hizo el boca a boca, ¡uy, qué asco!, o lo que se haga en esos casos, y menos mal que, con los nervios, no se te cayó encima, mientras musitaba «vacunen, vacunen, vacunen», que es lo único que sabe decir, cuando no tiene la boca llena, porque te desgracia.
Lo raro es que no haya fotos del acontecimiento. Mira tú, lo mismito que Fernando López Millas, que también está de buen año, cuando recogió al campeón murciano de motociclismo, Pedro Acosta Sánchez. O a Ximo Puig cuando le dio una REPENTINITIS a Luis Boyer Cantó, presidente de la Fundación Mediterráneo, en sus mismas narices. Que ahora ir a cualquier acto público es un peligro y un bochorno. Tú no, a Dios gracias, has sido dado de alta de ese hospital de Almería que esta hecho una cochambre, porque la sanidad pública andaluza deja mucho que desear, diga lo que doga Susanita. Tú nos seguirás ilustrando con ese hablar tan gangoso y moderadito, que te ha servido para vivir del cuento de diversos partidos.
Pensábamos que había estado a punto de darte una REPENTINITIS, y entonces vaya ridículo siendo tú un apasionado de velar por los codiciosos y eugenésicos intereses de las farmacéuticas, por encima de los de los ciudadanos, pero menos mal que ha salido el piltrafilla de Juan Manuel Moreno Bonilla, con su sonrisa impostada, a explicar que era un desvanecimiento de nada. Porque, antes y curándose en salud, ya te habían hecho un traje, que si estás mal del corazón, que te han dado varios yuyus, que si llevas una etapa de mucho stress; vamos, que estás para el arrastre y que mejor que lo dejes, sin esperar a que te dejen a ti, como va a suceder, los andaluces.
Ya pensábamos que la proteína Spike -o la «spraider», según la sabia Paz Padilla- te había llegado al corazón, donde hay muchas células AD2, en las que se acopla, y te había fulminado, Pero que va, que bicho malo nunca muere, y me alegro, porque así vas a poder ponerte tres o cuatro banderillas más, que te van a deslomar. Pero mira no te pase lo que al Presidente del Parlamento Europeo, que en paz descanse, David Sassoli, que se pinchó el pobrecito, y entró en barrena y ya no levantó cabeza hasta el óbito o defunción, que se lo han tenido callado desde el 26 de diciembre, hasta ahora que se no ha podido hacer nada por él, cuando se ha informado «de una complicación en el sistema inmunológico». ¿A qué te suena eso, Juan Marín? Parafraseando el viejo dicho, cuando veas al presidente del Parlamento Europeo morir, pon tu alma en paz con Dios. Juan, que mira si no te han sacado por la puerta de atrás, para no hacer el papelón, aunque ya tú, Marín, para hacer la promoción del veneno de muerte no estás.