Según publica El Comercio de Gijón, un hombre de 68 años falleció de forma repentina en una sidrería de la calle San Bernardo tras sufrir un infarto fulminante mientras tomaba una consumición en la barra. El fatal episodio que acabó con la vida del vecino de Gijón tuvo lugar sobre las ocho de la tarde del domingo, poco después de que hubiese entrado en el establecimiento hostelero, próximo a su domicilio. Según explicaron los empleados a la Policía, se desplomó y pese a que avisaron rápidamente a los servicios de emergencia, los sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle.
Hasta el lugar se trasladaron agentes de la Policía Nacional y la autoridad judicial, que ordenó el levantamiento del cadáver pasadas las nueve de la noche. Los empleados del servicio funerario trasladaron los restos mortales al tanatorio. En el establecimiento hostelero se personó la esposa de la víctima, muy afectada por el repentino fallecimiento del hombre.