Luis Bru.
El Partido Popular es el plan B de satán. El plan A es Pedro Sánchez y un PSOE degradado y degradante. El Partido Popular ayudará a sostenerse al PSOE o llevará cabo políticas en la línea de la agenda 2030. Lucen en su solapa el maldito pin que significa el fin de la Patria y de la Libertad; la agenda globalista que nos quiere hacer a todos esclavos.
La dialéctica izquierda-derecha es un juego abyecto de entretenimiento. El indigno Pablo Casado fue bendecido por la más perversa de las sociedades, por el Foro Económico Mundial, de Klaus Schawb, el del «gran reseteo». En lo esencial, no hay diferencia entre el PSOE y el PP, ambos buscan empobrecer a las clases medias y entregarnos a los poderes oscuros luciferinos.
El alcalde de Madrid no es el único dirigente popular que hace ostentación del pin por el que se señalan los lacayos de las élites. Javier Maroto hace ostentación de su militancia globalista, de obediencia servil a la bestia. Mañueco, en las elecciones de Castilla y León del 13 de febrero, es el candidato de los infiernos. El PP debe desaparecer, al igual que el PSOE, si queremos sobrevivir como sociedad y como personas. Es cuestión de supervivencia.
