Enrique de Diego.
Toda la farsa genocida se monta sobre una manipulación semántica: no son vacunas. Por tanto, no debe utilizarse ese término.
Entre los argumentos para acudir a inyectarse el veneno de muerte está el «yo siempre me he vacunado y me ha ido bien». O «los niños toda la vida se les ha vacunado»
O lo hice por «solidaridad», un concepto mantra del que abomino y también debéis abominar vosotros, porque es una trampa. Debemos ser justos o caritativos pero solidarios no significa nada, es un implante con el que el sistema manipula.
Se pone en práctica un gerontocidio en la residencias de ancianos, donde se les seda con morfina, y en las UCIS, donde la OMS prohíbe los tratamientos baratos como la ivermectina o la hidroxicloroquina
Se utiliza el gran fuego mediático para concluir que la única salida es la vacuna y se introduce ese término fraudulento
Un directivo de Bayer se ha ufanado de que terapia génica o quimioterapia no hubieran sido aceptados
Se pone en marcha el término antivacunas para denigrar a los que se oponen
Se acuña el término negacionistas
En este sencilla trampa semántica ha caído, por ejemplo, Federico Jiménez Losantos para quien es lo mismo la vacuna contra la viruela que la terapia génica del ARN mensajero
O Isabel Díaz Ayuso que le pone el nombre de Hospital Enfermera Isabel Zendal
Se silencia o expulsa del sistema de salud a los médicos que se oponen a la farsa
Sólo el coraje de quienes no se han dejado pinchar ha conseguido romper este esquema manipulador
No es un experimento génico porque los experimentos salen bien o mal, y este veneno de muerte o ataque bioterrorista les sale bien cuando muere el inyectado
La mentira se retroalimenta: cuantos más contagiados por la inyección más medidas coercitivas y totalitarias, cuato más muertos, idem
Las redes sociales censuran la verdad. A mi me han censurado por decir que «la timo vacunación tiene como objetivo la eliminación de población» porque eso, según Twitter, es «información sanitaria falsa»
El boca oreja es fundamental y los discursos radicales son los que producen mejor efecto. Por ejemplo, es un plan diabólico para eliminar población
Las manifestaciones son la mejor forma de movilización, de reforzamiento del grupo y de lanzar los mensajes a la gente
Es fundamental practicar la guerra de guerrillas con megáfonos, grupos de ocho o diez personas, hablándole claro a la gente
Si tuviéramos diez grupos en cada ciudad…
El «padre cordobés» o Pilar Baselga han ejecutado estas acciones con gran eficacia y brillantez
En Twitter estoy en peligro porque a la próxima me cazan y me suspenden la cuenta. Conviene pasar a gab.com, que defiende la libertad de expresión
NO UTILICÉIS NUNCA EL TÉRMINO VACUNA, UTILIZAR KAKUNA, PINCHAZO, TERAPIA GÉNICA, VENENO DE MUERTE, O BIO TERRORISMO