Enrique de Diego.
Es un arma de matar, un instrumento letal, un veneno de muerte, les infectan inyectándolos la proteína Spike que por la corriente sanguínea se aloja en los órganos vitales, en las células AD2, en los testículos, en los ovarios, en el hígado, en el esófago, en el corazón, rico en tales células, en el cerebro.
Es sencillo de entender. Cuántas más inyecciones más proteína Spike. No tiene vuelta de hoja. Así se produce la REPENTINITIS que está produciendo estragos.
Es muy sencillo de entender, pero que muy sencillo de entender y la verdad científica y la experiencia empírica así o muestra. Por ejemplo, en crucero en alta mar, completamente aislado, surge eso que llaman un «brote» y caen enfermos, porque lo que les han inyectado es la enfermedad. O una residencia de educación especial. O cuatro equipos de fútbol, con todos inyectados, el Lugo, el Celta de Vigo, el Rayo Vallecano, el Real Madrid.
O pequeños grupo de población, Gibraltar, estados enteros, Israel.
Sencillo de entender, la práctica siempre lo confirma. Rafa Nadal, Carlos Moyá, Antonio Resines se les ha inyectado la enfermedad no se les ha contagiado.
Cualquiera lo puede entender y, sin embargo, gran cantidad de personas son incapaces de ver lo que se produce ante sus narices y es tan sencillo.
El plan para eliminar población, que es de lo que se trata, es diabólico, satánico. de puro sencillo. Se mata a un número escaso de ancianos, se prohíben los medicamentos para curarlos, se confina la gente y se llama falsamente «vacuna» a la inyección del veneno de muerte.
De esa base sencilla, vienen todas las mentiras que se retroalimentan. Cuando la enfermedad aumenta, producida por la proteína Spike, se afirma que son medidas más restrictivas y nuevos pinchazos, cuando aumentan más se afirmará lo mismo: más totalitarismo y más pinchazos.
Las dosis no inmunizan, sino que enferman, pero la gente es incapaz de verlo.
Las agencias de control son corruptas y tragan, el genocidio es llamado efectos adversos, se lanza consignas que, en principio, no se tragaría nadie, como que son mayores los beneficios que los perjuicios, o que la tercera dosis ya concede el 80% de inmunidad, para que cuelen.
Con esas mentiras, han matado a los niños que no tenían ningún riesgo, Padres que supuestamente darían la vida por sus hijos han firmado su aceptación y los han llevado a que los esterilicen y los maten.
Las agencias de control y las farmacéuticas dependen todas de Bill Gates, pero eso no parecen decirles nada a quienes están en la rueda de los pinchazos.
Los medios de comunicación, las televisiones, los partidos políticos, tanto el Gobierno como la oposición, los sindicatos, las patronales, las organizaciones médicas, los servicios de salud…A los médicos que se oponen se les persigue desde las ¡comisiones de ética! Las redes sociales ejercen la censura contra los que dicen: oiga, que esto es muy sencillo. Este artículo no puede ser publicitado en Twitter o en Facebook, porque ya me suspenderían la cuenta. Gracias a Dios que la web es mía y seguirá dando la batalla, hasta el último suspiro, con el servidor a buen recaudo,
La Iglesia bendice el genocidio tildándolo de «acto de amor».
Las policías y los militares imponen medidas gubernamentales absurdas y demenciales, cuando deberían detener el genocidio.
La mentira se retroalimenta, todo es mentira y estafa, y muerte. El esquema es tan sencillo que es fácil de entender y de explicar, pero resulta, misteriosamente, difícil de entender.
O se para, o a fuer de mentiras, nos van a extinguir,
O nos vamos a quedar solos en una guerra contra los inductores y los ejecutores.