Enrique de Diego.
Eres tres veces tonto, Losantos, más tonto a medida que te dan pinchazos, eres tonto de capirote. No aprendes. Debía dejarte por imposible, porque no tienes ni dos dedos de frente, y se nota mucho que hablas en modo pánico mercantilista, pero es que, la verdad, me lo paso bien zurrándote la badana, porque no te enteras ni por donde te viene el aire.
¡Ah! por cierto, para los que tienen curiosidad de tu declaración ante el Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid por incitación al odio, ya sabes, que si ratas y cucarachas y que nos exterminen, que ha ido bien -mal para ti-, que tendrás que declarar otra vez ante el abogado José Luis Mazón, pero que, por el momento, no podemos contar nada, porque Su Señoría ha tomado una medida muy inusual, extraña, que ha sido declarar el secreto de las diligencias, y amenaza con multas de hasta 600.000 euros a los abogados de la acusación particular si filtran a Rambla Libre, que es la única que va a dar información, así que la jueza es lectora nuestra, como casi todo el mundo.
La medida tiene dos interpretaciones: 1) favorecer a Losantos con una legislación -mira usted por donde- de Gallardón; 2) perjudicarle porque esa es una medida que se toma con los más peligrosos delincuentes, con violadores, homicidas, con crímenes abyectos y sórdidos, de los que le gustan para sus lecturas y acervo cultural al pivot de Orihuela del Tremedal. Como no nos gusta que queden las cosas así, ya nos estamos moviendo entre el funcionariado del Juzgado número 27 y nos enteraremos de todo para contárselo a nuestros lectores.
Eres un cenutrio, pequeñín, recurrente a más no poder. Ya te han abandonado 79.000 oyentes, según el Estudio General de Medios, lo cual es una hecatombe y esto no ha hecho más que empezar. Ahora promueves el tercer pinchazo, que, dices, es mucho mejor; te crees toda la propaganda del sistema del que formas parte, de manera desvergonzada, y te salen unos porcentajes que pareces un empleaducho de la Pfizer o de Moderna: el 20%, la primera; el 40%, la segunda; el 80%, la tercera de «eficacia». ¡De eficacia, ya lo creo! Eres un tarado. En ese otro 20% entran Rafa Nadal, Carlos Moyá y toda la purriela covidicia.
Lo que tienes que hacer es comprarte y leerte mi libro REPENTINITIS para no contar mentiras y creértelas a pies juntillas, como un mentecato, que ya das pena, bellaco. Eso para que no digas que de las kakunas ya no muere nadie y que, sí, se transmite y se contagia, pero los síntomas son más leves…Pero serás so animal. Primero, ya vendías que estabas inmunizado con la pautas completa y ahora resulta que sólo al 40%. Segundo que eres más mentiroso que Pinocho. Que digo yo que estás en que la tierra te sea leve porque la muerte no debe entenderse como un efecto leve y «llevamos 39 días de exceso de mortalidad», advierte Rafael Cascón Porres, ingeniero de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). ¿Te das cuenta, soplagaitas?
Así que vete con la murga a otra parte, que no te hace ni caso nadie y te toman por el pito de un sereno o por la Tomasa en los títeres. ¡Qué no es una vacuna, gilipollas! Cuándo te entrará en esa cabeza de chorlito. Que hasta se ha ufanado un alto cargo de Bayern: es una terapia génica y si la hubieran llamado terapia génica no cuela, como si la hubieran llamado quimio terapia, tampoco. Lo que es es un veneno de muerte, que dice el Doctor Vladimir Zelenko, que si no te mata a la primera, lo hace a la segunda y si no, a la tercera va la vencida. Así que, piojo muerto de hambre, no compares el ARn mensajero con la vacuna de la viruela, compáralo, en todo caso, con el zyklon-B. Si ya no te escucha nadie, si yo tengo castigado a uno para que te escuche de vez en cuando y todos los días em viene a que le levante el castigo, que no lo soporta, si aburres a las ovejas, si eres tan tonto que te crees, infraser, que vas a convencer a estas alturas a algún despierto. Estás para allá.
Tú mundo ha terminado, tú eres el pasado inmundo, ese mundo de gilipollas que se pinchan se ha acabado, tonto de los cojones, Infraser Losantos charloteando para infraseres. Estás acabado y eres incapaz de darte cuenta. Estás muerto. Hueles a naftalina y a tercer pinchazo