Enrique de Diego.
Hombre, Mañueco vacunazi, por fin has hecho una cosa bien, adelantar elecciones, en las que ya hay una cosa que celebrar por todo lo alto: que la ponzoña y la mierda de Ciudadanos se va por el desaguadero de la historia. El Francisco Igea se va a tener que buscar una ocupación decente porque le espera menos futuro que un merengue a la puerta de un colegio o de una residencia de menas con las que pensaba repoblar la Castilla vaciada y envejecida, mi querida tierra, de paso se lleva a esa nulidad de la hasta ahora consejera de Sanidad, Verónica Naranjo, la que ha matado más gente castellana de toda la Historia y ha venido dando explicaciones a cual más mentirosa e increíble, más estomagante. Va recibir un varapalo la marisabidilla de Inés Arrimadas, el lacayo de Soros, Luis Garicano, el triste y monocorde de Juan Marín y toda la patulea horrenda de los restos de Ciudadanos, cochinos y marranos, y el traidorzuelo de Ignacio PaniAguado, de infausta memoria. Ciudadanos no desaparece porque le quedan sueldos a repartir en Andalucía, que es de lo que se trata, pero Andalucía no da para mantener la sede. Asco de personajes.
Pero a quien vamos a ir es a por ti, vacunazi, pedo del infierno, que has pasado la guadaña inmisericorde por toda la buena gente castellana, acojonada, que ya no cabalga por la meseta El Cid, ni tan siquiera los comuneros por la campa de Villalar, cuando Juan Bravo afrontó la muerte como todo un caballero, pidiendo que le cortaran la cabeza a él el primero para no ver morir a sus amigos, después de afearle al heraldo los motivos de su acusación. Otros tiempos, otras costumbres, de lealtades más probadas. Hoy te tenemos a ti, vacunazi, de jefe traidor y mediocre de la hueste castellana, Mañueco, mañaco. Y las vas pagar todas juntas el 13 de febrero, te espero; te vamos a dar la gran sorpresa, gilipollas, macarra. Vas a pagar todas juntas, ya te digo, de ese partido satánico al que tú representas, todas las bromas macabras y totalitarias de Alberto Núñez Feijoó, frijolito el patán, del piltrafilla Juan Manuel Moreno Bonilla, con el gordo de la patata Jesús Aguirre, del no menos gordo e inepto Fernando López Miras, y del inefable tramposo de Pablo Casado, cuando su ley pandemias y si aquí la pandemia de verdad sois vosotros, los políticos chupópteros, lameculos, que en vez de proteger a la gente las inyectáis dosis de pánico y letal veneno de muerte. Vas a salir chamuscado, Mañueco de los cojones. Reza cuanto sepas porque no le ocurra nada a los míos. ¡Qué sorpresa te vas a llevar!