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Carlos San Frutos: «Facta es hablar poco y hacer mucho»

Rubén Martínez




Nos recibe Carlos San Frutos en el número 20 de la madrileña calle de Andrés Mellado. Allí se encuentra la sede de Facta, una asociación cuyo objetivo es dar la siempre necesaria batalla cultural y que está dando mucho que hablar por sus numerosas actividades.

Javier de la Calle: En los últimos meses, Facta se ha convertido en una de las grandes referencias nacionales en lo que a dar la batalla cultural se refiere. Por vuestra sede han pasado, entre otros, José Javier Esparza, Fernando y Carlos Paz, José Luis Orella o Gonzalo Rodríguez … ¿Por qué nace Facta?

Carlos San Frutos: Facta viene del «Facta non verba», que es actuar o hacer en vez de hablar. La idea es sencilla, lejos de intentar empezar mostrando un programa político o una declaración de intenciones, queremos que se nos conozca por lo que hacemos, no por lo que decimos o prometemos. En España, la política y la actividad cultural se ha profesionalizado por farsantes y embaucadores que solo prometen y venden sueños que nunca podrán realizar para mantener sus chiringuitos. Esto se trata de otra cosa, de hablar poco y de hacer mucho. «Por sus frutos los conoceréis» decía San Mateo.

¿Quién está detrás del proyecto?

Gente cansada, gente harta. Como decía arriba, en España parece algo utópico encontrar un proyecto serio que tenga continuidad. Quienes formamos parte de Facta queremos cambiar ese tipo de cosas. Ser capaces de formar una comunidad militante con gente noble y sana de todas las edad y condición, cuyo fin común es luchar por España. Personas así somos quienes formamos Facta y personas así es la que queremos atraer.

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¿Nos puedes adelantar quiénes serán los próximos conferenciantes que visitarán Facta?

Para cerrar el año tendremos al escritor Javier Santamarta, al italiano Gabriel Adinolfi y al activista Jaume Vives.

Además de las actividades culturales, ¿cuáles son los próximos proyectos de Facta?

Pues todo depende siempre de los recursos que tengamos en Facta. Lo que está claro es que por el momento descartamos totalmente la vía política, la vía electoralista. Queremos a corto plazo realizar una gran campaña en Madrid contra la Dictadura Sanitaria y la restricción de libertades que ha cernido sobre nosotros a raíz del Covid-19.

Por el momento, estáis presentes en Madrid. ¿Tenéis la intención de extender el modelo de trabajo de Facta por el resto de España?

Algún día ¿quién sabe?, pero de momento estamos solo en Madrid y hasta que no aparezcan núcleos de personas con una determinación fuerte en otras ciudades dispuestas a iniciar el proyecto, no tenemos pensado ampliar.

Pandemia, crisis económica, Ley de Memoria Democrática, multiculturalismo, emergencia climática, transgenerismo… ¿Sigue siendo posible permanecer en pie ante un mundo en ruinas?

Es posible y te lo pide el cuerpo. No ir contra corriente de este mundo pútrido y globalizado… sería como un pez muerto dejándose arrastrar por la corriente. O te levantas y peleas o aceptas el mundo tal y como es.

Además de portavoz de Facta, eres el responsable de la librería Rincón Hispánico. ¿Qué podemos encontrar en la misma?

Pues muchos libros de historia, muchos libros de política, muchos libros de filosofía… hay de todo. Lo que se procura en cuanto a títulos, más allá de unas determinadas ideas que limitarían las lecturas, sino de ofrecer buenos libros. Libros de autores que podríamos ser considerados opuestos pero que pensamos que son necesarios para aprender o abrir un poco la mente en determinadas cuestiones.

Rincón Hispánico ofrece un buen número de libros perseguidos o censurados por el sistema. ¿Es factible ejercer la profesión de librero más allá de los dictados de los suplementos dominicales de El País o El Mundo y de las leyes vigentes?

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Alguien debe hacerlo. El Sistema solo promociona los libros que promocionan la ideología del Sistema y la ideología del Sistema actualmente es la que es. Por eso estoy muy orgulloso de vender auténticas joyas que jamás de los jamases encontrarías en otra librería. Y sobre esto agradecer como librero el apoyo recibido de esas editoriales disidentes como EAS, Fides, Homo Legens o Letras Inquietas, que publican esos libros no tan comerciales, el mérito es todo suyo.