El presidente de la División de Productos Farmacéuticos de Bayer dijo a «expertos» internacionales durante una conferencia de salud globalista que las inyecciones de ARNm COVID-19 son de hecho «terapia celular y génica» comercializadas como «vacunas» para ser apetecibles para el público.
Stefan Oelrich, presidente de la División de Productos Farmacéuticos de Bayer, hizo estos comentarios en la Cumbre Mundial de la Salud de este año, que tuvo lugar en Berlín del 24 al 26 de octubre y acogió a 6.000 personas de 120 países. Oelrich dijo a sus compañeros «expertos» internacionales de la academia, la política y el sector privado que las nuevas «vacunas» de ARNm COVID son en realidad «terapia celular y génica» que de otro modo habrían sido rechazadas por el público si no fuera por una «pandemia» y marketing favorable.
“Realmente estamos dando ese salto [para impulsar la innovación] – nosotros como empresa, Bayer – en terapias celulares y génicas … en última instancia, las vacunas de ARNm son un ejemplo de esa terapia celular y génica. Siempre me gusta decir: si hubiéramos realizado una encuesta pública hace dos años, ‘¿estaría dispuesto a tomar una terapia genética o celular e inyectarla en su cuerpo?’ – probablemente hubiéramos tenido una tasa de rechazo del 95% ”, afirmó Oelrich.
“Nuestros éxitos durante estos 18 meses [la duración de la ‘pandemia’ de COVID] deberían animarnos a centrarnos mucho más de cerca en el acceso, la innovación y la colaboración para dar rienda suelta a la salud para todos, especialmente cuando entramos, además de todo lo demás. que está sucediendo, una nueva era de la ciencia, mucha gente habla de la Bio Revolución en este contexto ”, continuó el empresario.
Según el McKinsey Global Institute , la “Bio Revolución” es “una confluencia de avances en la ciencia biológica y el desarrollo acelerado de la computación, la automatización y la inteligencia artificial [que] está impulsando una nueva ola de innovación. Esta Bio Revolución podría tener un impacto significativo en las economías y nuestras vidas, desde la salud y la agricultura hasta los bienes de consumo, la energía y los materiales «.
Además de la terapia génica y una “revolución” biológica, Oelrich también mencionó el papel que tiene su empresa, junto con otras instituciones y figuras destacadas, en la promoción de la anticoncepción en los países en desarrollo.
Inversiones de la farmafia en auticoncepción para reducir población
“También debemos centrarnos en lo que es socialmente responsable fuera de Europa y garantizar una acción sostenible allí. Nos comprometimos, el año pasado, a dar a cien millones de mujeres más acceso a la anticoncepción en el mundo. Hemos invertido 400 millones este año en nuevas plantas que se dedican a producir anticonceptivos de acción prolongada para mujeres en países de ingresos bajos y medianos … Junto con Bill y Melinda Gates, estamos trabajando muy de cerca en iniciativas de planificación familiar ”, dijo Oelrich, insinuando que uno de los métodos para lograr un mundo “sostenible” es reducir la natalidad y, posteriormente, reducir la población del planeta.
Las palabras de Oelrich se hacen eco de una agenda similar a la del infame » Gran Reinicio » , un plan socialista radical diseñado por las élites globalistas, que se reúne en el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, una vez al año, que «busca ‘presionar el botón de reinicio’ sobre la economía mundial «.
En el anuncio de la iniciativa del Gran Restablecimiento, el WEF también le dio crédito a la “pandemia” de COVID-19 por ponerlos en una posición ventajosa para marchar hacia sus metas revolucionarias globales.
“Los bloqueos de COVID-19 pueden estar disminuyendo gradualmente, pero la ansiedad sobre las perspectivas sociales y económicas del mundo solo se está intensificando. Hay buenas razones para preocuparse: ya ha comenzado una fuerte recesión económica y podríamos estar enfrentando la peor depresión desde la década de 1930. Pero, si bien este resultado es probable, no es inevitable ”, escribió el fundador del WEF, Klaus Schwab, en junio de 2020.
Pero, “un lado positivo de la pandemia es que ha demostrado lo rápido que podemos hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida. Casi instantáneamente, la crisis obligó a empresas e individuos a abandonar prácticas que durante mucho tiempo se consideraban esenciales, desde viajes frecuentes en avión hasta trabajar en una oficina ”.