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Carta del editor: La mentira domina el mundo

Redacción




Enrique de Diego.

«La mentira domina el mundo», decía el maestro Jean François Revel, y Coto Matamoros asegura que manda el dinero. La mentira está abundantemente financiada. La histeria del coronavirus es una historia de mentiras, cada vez más gordas, difundidas por los medios de comunicación, que algún día, más pronto que tarde, tendrás que dar explicaciones. Las mentiras ya son para abducidos sin espíritu crítico, para zombis; son ya intragables y groseras.

La historia de la ‘plandemia’ del coronavirus es una historia de mentiras al peso, para seres irracionales. Empezó en el mismo origen, en Wuhan con la «sopa de murciélagos», continuó con la matanza de ancianos en las UCI y la sedación en las residencias, siguió con los confinamientos, las PCR y las mascarillas, para llegar a la inyección del veneno de muerte disfrazado del noble nombre de vacuna.

Ahora, ya sin fuerzas, derrotados, se disponen a ensayar la timo vacunación obligatoria, porque van forzados por el guion escrito por los globalistas, y habla de no sé qué ola que es de las no timo vacunados. Las mentiras está siendo soeces, dichas por auténticos gilipollas para gilipollas relativistas. Produciría risa estos mentecatos si no llevaran aparejado un genocidio planetario. «Algo no cuadra», que ha dicho Miguel Sebastián, ex ministro de Economía, aduciendo el ejemplo de Singapur, donde mueren cuatro veces más con el 86% de la población pinchada. Más bien, no cuadra nada. Empezando por la repentinitis con la que fulminados paseando por María Pita, en Coruña, conduciendo por la Avenida de España en La Línea de la Concepción o derrumbándose en su puesto de trabajo como la funcionaria del Ayuntamiento de Guadalajara.

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Vamos con las monstruosas y chapuceras mentiras que ha puesto el sistema y que repiten como loros afónicos los lacayos del sistema, cada vez con menos convicción. La primera mentira es el número: somos 4 millones de seres racionales que no nos hemos timo vacunado, pero esa cifra ha de ser muy superior, por lo nerviosos que están los payasos y los idiotas. Veamos las verdades del barquero:

Los timo vacunados no se inmunizan sino que se infectan

De ahí el nerviosismo, la urgencia por echarle la culpa a los orgullosamente no timo vacunados, por miedo a que se descubra todo el pastel y les estalle la farsa. Si se inmunizaran no deberían tener miedo a nada y a nadie, ni nadie de los timo vacunados deberían contagiarse. Y en Israel, en Reino Unido, los hospitales estás llenos de timo vacunados que han sido infectados por la timo vacuna, por el veneno de muerte. Y en Singapur…»Algo no cuadra», que dice Miguel Sebastián. No cuadra nada.

Los no timo vacunados no contagian, por supuesto

Ser no timo vacunado no es estar enfermo y poder contagiar. Parece mentira el nivel de irracionalidad en que están cayendo y aventando sin rubor ni convencimiento.

Como se ha decretado que la nueva ola es de los no timo vacunados que contagian a los demás, viene la descomunal mentira de las UCIS repletas de no timo vacunados. Mentira cochina, como refleja un tuitero: «Yo trabajo en un hospital público y es una vergüenza criminal la actitud de la mayoría de los jefes y directivos sanitarios, hacen el truco de no contar como vacunados los que no llevan dos dosis y dos semanas. Pronto lo harán con las tres dosis». Es un truco de mentirosos compulsivos muy viejo. Ojo al dato: los equipos directivos de los Hospitales están formados por políticos que nombra la consejería de Sanidad de turno. Son lacayos que quieren mantener su estatus.

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Hasta Miguel Sebastián se ha dado cuenta: «Algo no cuadra». La verdad es que no cuadra nada, porque la timo vacunación masiva es un genocidio con todas las letras, es para eliminar población, sin atender a sentimientos o lazos familiares. Es una canallada.