Enrique de Diego.
No eres muy listo, pareces medio tonto, Kun Agüero. Te han cazado como un pardillo. Te has prestado a la componenda, a que maten a los chavales desde los 12 años, en catalán de Argentina. Y sospechabas que en la timo vacuna había algo raro y, sin embargo, te prestaste al engaño y caíste en él como un pardillo o como un borrego, que no tiene dos dedos de frente. ¿Por qué lo hiciste? Voy a tratar de comprender tu pobre vida. Eres un mimado del sistema, perteneces a los nuevos gladiadores, a los tontos del culo que por dar patadas a un balón ganan un pastón y encima hay que decir que tienes mucho talento, cuando juegas todavía a la play station cuando estás concentrado. El sistema te da participación en parte de sus privilegios a cambio de que mantengas entretenida a la gente. Nada nuevo bajo el sol: panem et circensis. Tú formas parte del circo entontecedor. Tienes una bonita casa, todos los lujos, puedes evadir impuestos a través de una sicav. Pero el demonio, y este sistema es demoniaco, tira de ti cuando lo requiere, como reclamo popular para hacer tal o cual cosa, como las inyecciones letales que tú promoviste para los chavales desde los 12 años, que se necesita ser degenerado, y desde los 0 años, lo que te pidan. Ahí tienes al Barcelona, más que un club, una escombrera, presumiendo de que ha puesto el veneno de muerte al 99,99 de sus deportistas de élite de todas las secciones.
No vas a jugar. Te dejan tres meses en el dique seco para que se olviden de ti, para esconderte, no para curarte, porque tú no tienes cura, no vas a volver a hacer lo que te gusta y lo único que sabes, gañán. Porque unos señores despiadados, sin escrúpulos, unos psicópatas corruptos, han decido que ya no les sirves, no les eres útil, que sobras, que molestas a sus planes y que eres tan tonto que has promocionado tu propia desgracia. Tus compañeros ¡ah! tus compañeros se han deshecho en ánimos. Tú eres un luchador y un loro para que lo te deje decir al sistema, para lo que le más le convenga. “Ánimo hermano“, escribió Laporte. “Siempre contigo amigo“, afirmó De Gea. “Estamos contigo“, fueron las palabras de Pedri. “Mucha fuerza. Pronto te veremos otra vez dando guerra“, fue el mensaje de Piqué. Todos los que te han jaleado en los días de triunfo y gloria, desaparecen, como por ensalmo, en la desgracia. Dice Piqué que pronto te verá otra vez dando guerra…cuando las ranas críen pelo. Estás herido, maltrecho, estás para la rastre, acabado. Irás desarrollando más y más enfermedades autoinmunes, en las que tu propio cuerpo se ataca a sí mismo. Ya sé que esto no es buenista, lo buenista es eso de «estamos contigo», machote, y luego, en los tiempos aciagos, si te he visto, no me acuerdo. Serás tirado al vertedero con las cosas inservibles.
Ante la adversidad, ten decencia. Que tu vida sea útil, deja poso. Aún tienes el capital de tu popularidad. Acaba con la mentira en que ha chapoteado tu vida y que se ha convertido en una ciénaga de dolor. El diablo al que has servido es mal aliado, primero te miente, te engaña y luego te destruye. Sólo tienes una forma de salvarte. Enmendando el mal que has hecho, anegándolo en bien, rompiendo el silencio que te han impuesto, en el que ya no hablas, sino a través de otros. Dile al mundo que ¡no se timo vacune!, que no caiga en la trampa tendida por los sembradores impuros del odio, por los que han puesto en práctica un genocidio cruel y descomunal, haciendo negocio, encima. Dales en la cara, con toda tu dignidad y tu entereza. Pero no serás capaz. Tu guion está escrito: te desvanecerás en la tarde pragmática y dulzona.