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La Venida de Jesucristo, en Gloria y Majestad, es inminente

Redacción




Enrique de Diego.

No sabemos ni el día ni la hora, pero las venida de Jesucristo, en gloria y majestad, la segunda venida del Señor es inminente y debemos prepararnos para ella, según la Santísima Virgen, rezando el Rosario e intensificando nuestro trato de amor a la Eucaristía. Por tres veces, al menos, la Virgen en persona nos ha venido advertir de este hecho, de esta noticia tan importante, sin precedentes en la historia. Escribo como periodista interesado en dar la primicia de una noticia que nos desborda y para la que el Señor ha enviado, reiteradamente, a una fuente de máxima solvencia y fiabilidad: a Su Santísima Madre.

Nuestra Señora del Verbo. Kubeho, Ruanda.

En tres ocasiones, al menos, la Virgen María nos ha advertido de este hecho que cambiara nuestras vidas. El domingo pasado hice mención a Kubeho, Ruanda, en donde entre 1981 y 1989, nos avisó de esta Segunda Venida. De ella da testimonio Alphonsine Mumereke. Estas son sus palabras: «El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano…La Reina de los Ángeles viene a aconsejarnos que nos preparemos para la venida de su Hijo. Tenemos que sufrir con Jesús, rezar y ser apóstoles para prepararnos para su venida». Más claro, agua.

No sabemos ni el día ni la hora pero sí sabemos que será en el plazo de nuestra vida. En Medjugorje, donde hace cuarenta años, que se aparece diariamente la Virgen, ahora a tres videntes, late la misma sugerencia imperiosa sobre la venida del Salvador. Estas, de hecho, las de Medjugorje, un pueblo en la Herzegovina, serán las últimas apariciones. Hay «diez secretos» que serán revelados por el Padre Peter Ljubicic, franciscano, que es la persona escogida por Mirjana, una de las videntes, para comunicarle cuando llegue el momento. Quiere decir, por tanto, que será para nuestra generación, que formara parte de nuestras vidas, que lo veremos. La Virgen nos pide el rezo del Santo Rosario, la Confesión al menos mensual, ayudar a pan y agua los miércoles y viernes, el trato amoroso y frecuente con la Eucaristía.

Las videntes de Garabandal.

Entre 1961 y 1966, se sucedieron las apariciones de la Virgen en un pequeño pueblo de Cantabria, llamado San Sebastián de Garabandal. El demonio ha hecho muy bien su faena y las apariciones de Garabandal no son hoy conocidas más que por pequeños cenáculos. Y, sin embargo, son evidentemente verdad, por lo que ahora indicaré. Primer mensaje: «Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande». Las videntes eran niñas entre los 11 y los 12 años. Segundo Mensaje: Fue dado por el Arcángel San Miguel, en nombre de la Virgen María, como su mensajero: «Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo ni Mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras Él os perdonará. Y, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis, Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y Nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús».

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Prueba de la verdad de este Mensaje, impensable que les ocurriera a unas niñas, es que Conchita, la mayor, cuando fue de interna al Colegio de la Congregación de Concepcionistas Misionera de la Enseñanza, a la Madre María Nieves García, su confidente, le dijo: «Antes de decirme la Virgen, yo creía que todos los sacerdotes eran buenos. Jamás pensé que cometieran pecado mortal». Utilizo aquí el libro «Madre de Dios y Madre nuestra: Fátima, Ámsterdam y Garabandal», de Santiago Lanús, Editorial San Román. En esos años, estas frases subrayadas en negrita pudieran escandalizar, pero son terriblemente evidentes, y se reciben con la indiferencia de la apostasía de la clerigaya, hoy en día. Muchas cardenales, muchos obispos y muchos sacerdotes actúan como si no tuvieran fe, siembran la confusión o la herejía modernista. La Eucaristía es totalmente descuidada y ofendida. Antes de entrar en esta nuclear y decisiva cuestión -la Virgen le dijo a Conchita que visitara con frecuencia al Santísimo- voy a señalar que en Garabandal se incluyen el Aviso, el Milagro y el Castigo.

El dato clave de que será pronto

Pues bien, en la página 261 del libro de Santiago Lanús se dice: «Sobre la situación previa al Aviso Conchita manifestó a la Madre María Nieves que habría un Sínodo en Roma antes del Aviso». Este dato es clave para entender que se ha puesto en marcha la cuenta atrás. Bergoglio acaba de inaugurar un Sínodo que durará dos años y que tiene como finalidad la total destrucción de la Iglesia según los dictados modernistas y globalistas, vaciándola de todo contenido sobrenatural. Baste una anécdota que puede ser elevada a categoría: el presidente de la Conferencia Episcopal, Georg Bätzing, ha girado vista a la Red del Diaconado Femenino, en el convento de las Hermanas Franciscanas de Waldbreitbach, en donde habló de “un nuevo viento que sopla en las velas” y de un “verdadero signo de esperanza». Este es el clima presinodal, que pretende acabar con la Revelación, implicando a todas las parroquias; falso democratismo que sólo servirá para una dictadura clerical y de Bergoglio. Pero Jesucristo dijo que las fuerzas del mal no prevalecerán sobre la Iglesia. Entonces se hace necesaria una intervención extraordinaria divina, que impida -como vieron las videntes de Garabandal- una prueba para la Iglesia a punto de perecer.

Monasterio de Akita.

Es el humo de satanás del que hablo Pablo VI o de esa intervención extraordinaria que pedía San Juan Pablo II. La Virgen se lo dijo a una monja japonesa, Agnes Katsuko Sasagawa, en Akita, el 13 de octubre de 1973: «La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros…, iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor. El demonio será especialmente implacable  contra las almas consagradas a Dios». Esto es de rabiosa y penosa actualidad, con el cardenal Muller, el cardenal Sarah, el arzobispo Viagnò defendiendo la ortodoxia católica que otros tratan de romper, con Bergoglio a la cabeza.

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Sobre la Eucaristía la situación ha llegado a ser terrible, desde que se banalizó la Liturgia; en muchas Iglesias se ha perdido la fe en la presencia de Jesucristo. Me parece que Sor Emmanuel Maillard, de la Comunidad de las Bienaventuranzas, lo describe bien en estos párrafos de su libro «El Niño escondido de Medjugorje»: «Diariamente, hieren a Jesús, se ríen de Él, lo pisotean. El numero de sectas que profanan la Eucaristía va en aumento. Cada domingo, en casi todas las parroquias, ciertos fieles comulgan a pesar de vivir en grave pecado, aquellos que la Biblia llama «abominaciones» y que confieren la muerte al alma. Jesús nunca ha estado tan torturado. Sin contar la indiferencia de tantos de sus «elegidos», absortos tan a menudo por los asuntos del mundo e inconscientes del inmenso amor con el que son amados. En Francia, ¡cuántos tabernáculos están abandonados, bajo gruesas capas de polvo! Y si se quiere adorar, uno se encuentra con la puerta cerrada. En EE.UU., el tabernáculo ha sido frecuentemente confinado a un rincón de la Iglesia, cuando no lo ha sido la sacristía. A veces, se han quitado hasta los reclinatorios, y pobre de aquel que se atreva a arrodillarse durante la consagración: es mal visto y corre el riesgo de hacerse excluir». Los niños son mal preparados para su Primera Comunión, con frecuencia un mero acto social; una vez hecha no vuelven a pisar la Iglesia. No se visita al Santísimo; no se puede visitar, porque las Iglesias están cerradas a cal y canto. Hay sacerdotes que demuestran una falta de delicadeza pavorosa; se habla y vocifera en las Iglesias antes y después de la Santa Misa. Se profanan los Templos con la aquiescencia de la clerigaya.

Bergoglio y la jerarquía genocidas y criminales, ¡no se puede caer más bajo!

En el genocidio que se perpetra, Bergoglio adopta la posición más criminal y asesina. Ha llegado a calificar que inyecten el veneno de muerte como un «acto de amor», ha impuesto la tiranía covidicia en el Vaticano. Siempre dos pasos por detrás de sus amos. los genocidas, la última ha sido pedir a las farmacéuticas, haciendo suya la propuesta de George Soros, de que liberen las patentes de las timo vacunas para así poder exterminar mejor a los pobres, una aniquilación universal. Los sacerdotes se han vacunado casi todos: una Iglesia sin clero y sin sacramentos, el ideal satánico, compartido por Bergoglio, a quien cuadra el epíteto del beato de Liébana, de cojón del Anticristo. Cuando con mentira asquerosa y abyecta, se engaña a la gente de la manera más ruin, con el único fin de matarles, de eliminar población, la jerarquía católica, con Bergoglio a la cabeza, participa en el engaño colectivo, en la masacre general. ¡Más bajo no se puede caer!

Dios, ¡cuánto sufrimiento! ¡Ven, Señor, no tardes!