Josep Sansano.
Por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Alicante se solicitó a la Unidad de Psiquiatría, es un decir lo de Unidad y lo de Psiquiatría, un informe actualizado de un recluso sobre si debía ser trasladado del Hospital Psiquiátrico Penitenciario Fontcalent al Hospital Psiquiátrico Doctor Esquerdo. de Diputación, mucho más adecuado para la reinserción. Una tal Beatriz, que al parecer ni tan siquiera es psiquiatra, tarda un mes en evacuar un informe de los de corta y pega, dándole a la tecla, como un chorizo, y llega a la conclusión que el recluso debe estar internado involuntariamente en un CEEM.
Tan delirante es el informe, que el abogado defensor se ve obligado a https: Las tres primeras páginas aportan el historial clínico, mientras la página 4 resulta aberrante, teniendo carácter de castigo contrario a la reinserción.
2. La forense no ha realizado entrevista alguna al penado.
3. La forense no es psiquiatra.
4. El penado tiene su propio psiquiatra que lleva tratando al penado varios años y ya tiene un plan diseñado para tratarle que es distinto de lo que propone la forense de forma caprichosa sin fundamento médico alguno.
5. El resultado de los tratamientos psiquiátricos penitenciarios han sido altamente perjudiciales, porque Fontcalent no tiene psiquiatras.
6. El penado tiene un problema que hay que resolver y no es un problema para la sociedad que hay que encerrar para que no moleste.
Los pacientes con trastorno límite de la personalidad no son TLP, tienen TLP caracterizado por inestabilidad emocional, relaciones personales caóticas, incumplimiento de las normas y muy poca tolerancia a la frustración.
Según el Dr, José Luis Carrasco, del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, “es un trastorno que tiene tratamiento y curación. De hecho, dispone de muchos tratamientos que han mostrado su eficacia científicamente. Desde el tratamiento farmacológico hasta el rehabilitador, pasando por el psicológico”.
“El tratamiento farmacológico trata de disminuir algunos síntomas como la angustia y la impulsividad y mejorar el estado de ánimo. El tratamiento psicológico trabaja sobre el manejo de síntomas, el trauma a través de la historia vital de los pacientes o la mejora en habilidades interpersonales. Se trabaja también a nivel familiar para mejorar las dinámicas y los conflictos y relaciones que pueda haber desde el apego y la afectividad. Con el fin de mejorar en autoconocimiento y autoregulación se trabaja también la identidad y el concepto de sí mismo”.
“No es una forma de ser sino un estado puntual. Estos pacientes no son TLP, sino que TIENEN TLP”.
Los datos indican que un porcentaje substancial de las personas diagnosticadas de TLP pueden conseguir la remisión incluso en un año o dos. Un estudio longitudinal encontró que, seis años después de ser diagnosticado con TLP, el 56 % mostraban buen funcionamiento psicosocial,
El TLP se le llama también borderline, de ahí que en el informe se afirme que del recluso se ha dudado de su capacidad comprensora y de la existencia de subnormalidad, pero sometido a test de inteligencia sus resultados han sido normales. El TLP tiene cura en la medida en que “toca fondo” y es consciente de su enfermedad, cosa que ha sucedido con el recluso.
Según José Luis Villar, director del Hospital Psiquiátrico Doctor Esquerdo, y una eminencia en TLP, el recluso puede evolucionar positivamente, con motivación y terapia cognitiva-conductual, ya que no tiene ninguno de los rasgos ni indicios psicópaticos. Los TLP, en un 30% mejoran hasta la normalidad, si tienen una experiencia moral correctiva, como ha sido el caso de que le ha llevado a ver la realidad de su vida, al arrepentimiento, a pedir perdón sinceramente a sus padres, a plantearse recuperar sus estudios, incluso a reaccionar con gran madurez al ser informado de la muerte de su perro teckel Mario al que estaba muy unido: “lo siento mucho, pero ha tenido una vida plena y feliz”.
Rambla Libre se dispone a investigar hechos muy graves con los que podría estar relacionados la tal Beatriz y que acontecen en Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent.