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Carta a Federico Jiménez Losantos: ¡Qué pobre hombre eres! ¡Qué pena me das!

Redacción




Enrique de Diego.

Federico, ¡qué pobre hombre eres! Si no estuviera en juego todo lo que está, sería para reírse, pero está el tiempo para corazones fuertes bebiéndonos continuamente las lágrimas. Bufón histérico. Lo de Elía Rodríguez te ha dejado con el culo al aire, con tu mentira del «accidente doméstico», cuando sufrió una embolia o un infarto cuando la proteína Spike supera el endotelio y dicta su sentencia de muerte fulminante, de la cual eres tú responsable por tus miedos y tu veneración atávica al becerro de oro. Con Santiago Abascal perdiste los papeles y te tuvo que dar una lección del mínimo y mal liberalismo, porque debía pedir que se para la locura colectiva de la timo vacunación, has despedido a fray Josepho, que todos entendíamos que era una pluma brillante de contraste, y aún ni eso soportas, al día siguiente con la amargada Isabel San Sebastián hiciste el más soberano ridículo en tu papel de humorista sardónico. No creo que te lleguen los fondos de las farmacéuticas, manchados de proteína Spike, sólo puedes confiar en Isabel Díaz Ayuso, a lo que te de. Delenda est Libertad Digital. Y dices, en tu mente paranoica, que la gente te quiere heredar en Es Radio, pero si la vas a dejar reducida a pavesas. Elia Rodríguez, y los que caigan, va a tener al final un entierro vikingo, contigo, el perro, en el crematorio.

Elía Rodríguez con su asesino moral Federico Jiménez Losantos.

¿Eres idiota o qué te pasa? ¿Eres completamente irracional? Bebelejías, bramas echando espumarajos como un poseso del diablo. Te presento a Josep Pamies, al que tu meritoria Yésica Sánchez, fatua que no sabe de nada y confunde el dióxido de cloro con la lejía, y al que desacreditarle, llama curandero, que el lleva con un timbre de honor, porque etimológicamente es el que cura, y payés, agricultor, cosa más digna no la hay. Te explica, besugo, la diferencia del dióxido de cloro y la lejía: «El dióxido de cloro se obtiene desde el clorito de sodio reaccionándolo con ácido clorhídrico y la lejía es hipoclorito de sodio. La lejía es cancerígena por los trialometanos que provoca al reaccionar con la materia orgánica del agua o de nuestro cuerpo y el CDS puede incluso  curar el cáncer. Es así de simple». Es la revolución que no les interesa a las farmacéuticas interesadas en matarnos o mantenernos permanente enfermos. ¡Ah! Pamiès ha montado una exitosa empresa cooperativa que produce unas alcachofas, unos tomates, todo exquisito.

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Eres tan idiota, tan descerebrado que repites tus propias mentiras, que no ha muerto nadie en el personal sanitario, te olvidas de Rafal Borrás, jefe de Urgencias de Salamanca, y de Félix Pérez del Valle, jefe trasplante cardiológico del Hospital Clinic de Barcelona, a no ser que los apuntemos también al socorrido «accidente doméstico». O sueltas no se qué perorata sobre dos televisiones de Vox. Tú ya tuviste una y fue un desastre con Dieter Brandau. Y no me hagas reír que se me parte el bazo hablando de una serie de reportajes «documentadísimos» de la ignorante Yésica quien ha llegado a decir que la proteína Spike no es patógena. Y me dices, soplagaitas, qué tiene que ver la vacuna contra la viruela contra este monstruo veneno de muerte, salvo que le ha puesto el nombre de Isabel Zendal la tonta del culo de Isabel Díaz Ayuso, al campo de exterminio. Y no hay una campaña contra ti y contra Es Radio, hay una campaña tuya contra tu audiencia poniendo en peligro sus vidas y exigiéndoles que atenten contra su salud y la de sus hijos,, mentecato, y te vas a ir por el desaguadero de la historia.

Hospital Isabel Zendal, protituyendo el nombre.

Bebelejías tú, ridículo pigmeo moral. Lo que me ha helado la sangre de tu bajeza moral es cuándo preguntas si no van a vacunar los hijos. No, y mil veces no. ¡No los pueden asesinar, bellaco, mala persona. ni los quieren asesinar con la miocarditis, no los van a dejar esterilizar! Sólo por esa pregunta te mereces que te escupan todos los españoles de bien, que se den de baja del Club de Libertad Digital y que se hunda en los más profundo del océano tu chiringuito desde el que voceas y te aturullas.  Eres un ser despreciable, eres, como te define Coto Matamoros, «el tipo más asqueroso que ha dado el periodismo en la historia de la Humanidad”; eres el esputo de satanás, en esta oleada tremenda de satanismo rampante.