Luis Bru.
Una pandemia televisiva relativista recorre el mundo, se ha adueñado de él, es bastante tolerante siempre que no les lleves la contraria. Esta pandemia vive bajo los dogmas de la corrección política, mal formando a los que están atados a la televisión en una eterna adolescencia y en un superlativo aborregamiento.
La Doctora Chinda Brandolino, argentina, es una eminencia, que habla con suma claridad, de los planes antinatalistas y eugenésicos que se esconden detrás de la píldora anticonceptiva, del aborto y de la timo vacuna, para eliminar población en elevadas dimensiones. Una mente lúcida y clarividente, con gran fortaleza de carácter, a la que vemos enfrentarse a los abortistas en el segundo vídeo. En el primero, la pandemia televisiva se ceba en ella, todo lo que dice es verdad, pero los presentadores, con suma frivolidad, practican la técnica de la amalgama, para convertirla en una parodia irreconocible. El objetivo es timo vacunar a todo Argentina y disciplinar al disidente, para que nadie ose compartir sus opiniones. Incluso denominar a Adolf Hitler Fürher, claramente para diferenciarlo de Heinrich Himmler, se convierte para estos garrulos frívolos en motivo de anatema.
Les sonará el programa argentino a tantos programas españoles, porque la pandemia televisiva de la ordinariez, la chabacanería, la homosexualidad, el respeto a todas las opiniones más falso que un Judas de plástico. Hay que apagar la televisión. Es una necesidad imperiosa para sobrevivir.
Gracias, Doctora Chinda Brandolino por tu amor a la verdad, insobornable.