Virginia Montes.
Según estudio del centro Levada, el 60% de la población se niega en redondo a timo vacunarse porque identifica el rebrote del coronavirus con la mal llamada vacunación.
La situación epidemiológica en Rusia empezó a mejorar a partir de marzo, hasta el punto de que se levantaron la mayor parte de restricciones como los confinamientos domiciliarios, los cierres perimetrales y los toques de queda. Empezaron a funcionar los restaurantes, teatros y establecimientos de ocio nocturno.
Pero, desde mediados de mayo, la incidencia de la pandemia no ha hecho sino aumentar, los contagios se han disparado y, actualmente, se sitúan en el rango de los 14.000 casos diarios, de los que casi las mitad, en torno a los 6.500, corresponden a Moscú, la capital. Por eso, su alcalde, Serguéi Sobianin, ha tocado la sirena de alarma y ha calificado de «dramática» la situación.
Las muertes, que se acercaban hace poco a las 300 diarios en el conjunto de Rusia, vuelven a superar las 400, mientras que en Moscú, en donde los decesos diarios rondaban el medio centenar superan ya los 70. Según Sobianin, «los casos diagnosticados en la capital en los últimos días han aumentando en un 80%». Según sus palabras, además «se han incrementado en un 70% las hospitalizaciones graves» y el horizonte de las ucis saturadas puede pronto volver a ser una realidad. Informa además de que aumenta también la proporción de jóvenes ingresados.