Enrique de Diego.
Según fuentes médicas muy solventes y muy documentadas, los que tienes familiares «vacunados» pueden recomendarles beber un litro de agua, una sola vez, con un tercio de agua de mar (de alta mar, para que no esté contaminada) y dos tercios de agua mineral normal. Con esa ingesta se limpia el cuerpo. El antídoto es sencillo y no debe ofrecerse resistencia a algo tan falto de toda complicación. El agua marina, mezclada con agua normal, siempre ha sido considerado un remedio eficaz y sin contraindicaciones. Los «vacunados» pueden pensar que ya están inmunizados, pero han sido objeto de un experimento planetario, con previsibles graves consecuencias en cuanto la aparición, en otoño, de cepas más agresivas y letales, resistentes a las vacunas. Nada pierden por tomar un remedio tan normal.