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Vacunaciones versus despertar de una conciencia colectiva: Reseña de Yo no me vacunaré de Enrique de Diego

Redacción




Ignacio Fernández Candela.

Yo no me vacunaré es un himno a la libertad, una campanada de sonora llamada, una alerta por la existencia. Urge saber más allá de las apariencias, conocer la verdad que debería desatar una supervivencia universal, la resistencia de la humanidad frente a la satánica intención de un Nuevo Orden Mundial que se vale del artificioso coronavirus para decretar un genocidio calibrado y financiado a medida de la codicia y amoralidad de los dirigentes políticos.
Los que hemos perdido a nuestros seres queridos-asesinados protocolariamente, saturados de morfina-en estos tiempos diabólicos, sabemos del engaño universal de estas élites perversas que llevan a cabo un plan de exterminio denunciado por Enrique de Diego, del único modo taxativo que conviene en la advertencia para que despierten los que han sucumbido a la falacia de la pandemia y a la estrategia de vacunaciones masivas para multiplicar los efectos devastadores de una planificación de reducción universal, de aniquilación subrepticia que conlleva el yugo contra las libertades impuesto con la justificación sanitaria, en verdad estafa mundial con origen en perversos intereses de un aquelarre de minorías que conforman el mal reforzado de estas señales de los tiempos de índole apocalíptico.
Yo no me vacunaré es un sucinto manifiesto de rebelión cuando la farsa criminal está al descubierto, un llamamiento a la coherencia del sentido común implícitamente supeditado a la oportunidad de sobrevivir y resistir los embates perversos de un mundo rendido al inspirado Satanás de la especulación genocida. Un clamor de vital necesidad en el despertar del hombre, preso del dogma destructivo que se dicta con intención homicida desde las instituciones con los medios de comunicación financiados por estos verdugos cuyo destino debería ser carcelario, si es que existiese capacidad de reacción en sociedades, como la española, aletargadas ante la obediencia ciega, arma de autodestrucción masiva de la que Enrique de Diego alerta para movilizar a las clases medias e impelirlas a una protección necesaria ante la amenaza de las vacunaciones.
Conciso, extremo, necesario, Yo no me vacunaré no es solo una declaración de intenciones, también es el expreso deseo de la rebeldía en consonancia con los más elementales Derechos Humanos que unos criminales revestidos de filantropismo buscan destruir, junto a miles de millones de vidas, en un corto lapso hacia la conclusión de la Agenda 2030.
Enrique de Diego alza la voz frente al ensordecedor barullo de una mentira mundial cada vez más en evidencia. Una voz en treinta páginas y una férrea voluntad por la denuncia inteligente para el despertar de una conciencia colectiva más necesaria que nunca.
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