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Catedrática María José Martínez Albarracín: “Ninguna vacuna es buena. Sin duda, recomiendo ¡No vacunarse!”

Redacción




Enrique de Diego.

La Catedrática de Procesos Diagnósticos Clínicos, María José Martínez Albarracín es la voz más autorizada en la denuncia de las timo vacunas. “Ninguna vacuna es buena. Sin duda, recomiendo ¡no vacunarse!”.

P.- Vamos a rebobinar un poco. A los primeros enfermos de coronavirus se les trata como si fuera una enfermedad pulmonar y se les mata a todos dentro de un genocidio protocolario.

R.- Las directrices de la OMS ante la llamada primera ola de la pandemia, con su propuesta terapéutica recomendando la utilización de antivirales ineficaces y tóxicos e intubación temprana, condujo a la muerte a miles de personas en todo el mundo. Usted lo dice bien, hablar de genocidio protocolario es una conclusión lógica ya que ante una posible “nueva enfermedad” lo primero que hay que investigar es su patogenia y para ello es imprescindible hacer autopsias.

P.- No se les hace autopsias porque así lo indica la OMS…En Italia han pedido perdón porque se hicieron autopsias, aquí la desinformación es total, ni tan siquiera se sabe eso.

R.- La OMS ha actuado como un órgano coordinador de desinformación y de manipulación mundial, con sus constantes contradicciones y sus directrices erróneas. Gracias a las autopsias se ha sabido que la covid grave no es una enfermedad pulmonar ni una enfermedad nueva, sino un síndrome inflamatorio de tipo hemofagocítico que produce neumonía intersticial.

P.- ¿Y este es el sistema público de salud que pide a la gente que se vacune con los ojos cerrados?

R.- Este sistema de salud carece de independencia y de juicio, se limita a seguir protocolos y cumplir órdenes.

P.- Bueno, cuando se pone en google su nombre o Médicos por la Verdad sale toda una campaña sobre usted y la organización, como si quisieran silenciarles y no debatir como corresponde a la ciencia.

R.- Esta campaña está mantenida sobre todo por los autodenominados “verificadores” que han surgido oportunamente estos últimos años para tutelar las mentes de quienes renuncian a su mayoría de edad e independencia  racional. Si se rasca un poco nos conducen inevitablemente al Instituto Poynter y la Open Society Foundations de George Soros. Pero lo grave del asunto es que las instituciones y los gobiernos se apoyan en este “Ministerio de la Verdad” para eludir el necesario debate científico.

P.- El sistema médico oficialista, la Organización Médica Colegial, afirma que tomará medidas contra Médicos por la Verdad.

R.- Como casi todas las instituciones, la OMC tiene en los puestos dirigentes no a las personas más aptas desde el punto de vista intelectual y científico, sino a las más dóciles e incluso a veces, más serviles con el sistema. No hay que olvidar que la OMC recibe apoyo financiero de Farmaindustria.

En cuanto a las medidas que puede tomar, se basan en  presionar a los profesionales médicos para que acepten de manera acrítica protocolos y órdenes, amenazándolos con expedientes que les puedan suponer suspensión de empleo y sueldo. Pero habrá podido observar que es incapaz de hacer ni siquiera un comunicado donde desmienta las afirmaciones científicas que Médicos por la Verdad tiene publicadas en su web.

P.- ¿Por qué da esta batalla tan ingrata, en la que están implicados las poderosas farmacéuticas, la OMS, Bill Gates…, qué motivaciones tiene?

R.- Mi principal motivación es mi Amor por la Verdad y mi fidelidad al Juramento Hipocrático. A esto tengo que añadir que soy una católica convencida y puedo leer los signos de los tiempos.

P.- La he estado siguiendo y usted no es una negacionista, sin embargo se han inventado ese palabro para tratar de desprestigiarla.

R.- Es lo que tiene la “neolengua”, cuando no se tienen argumentos se utiliza la “falacia ad hominem” y los “palabros”, como usted dice, van directos a las vísceras sin pasar por  el cerebro.

P.- Vamos entrando en materia, ¿el coronavirus es de laboratorio o ha pasado de animales a humanos?

R.- La secuencia publicada de Sars-CoV-2 es sin lugar a dudas una quimera, pues contiene secuencias genéticas comunes al ser humano, al murciélago de herradura, al pangolín e incluso al perro. Esto es imposible que se produzca de manera natural.

P.- Las vacunas no han tenido experimentos en animales y a las farmacéuticas se les ha concedido inmunidad e impunidad.

R.- Si se puede llamar vacunas a los productos génicos que las farmacéuticas han desarrollado  para , supuestamente, inmunizar contra el coronavirus, lo primero que hay que decir es que están en fase experimental, que no han sido aprobadas sino solamente autorizadas por la vía de emergencia, mediante la afirmación incierta de que no hay tratamiento eficaz contra la covid.

La experimentación previa en animales ha sido muy insuficiente y se han tenido que modificar y aprobar leyes, también por la vía de emergencia, para poder utilizar fármacos transgénicos en experimentación humana.

 Por ello es imprescindible que las personas que decidan vacunarse firmen un Consentimiento Informado en el que se les advierta de todos estos pormenores, de los posibles efectos adversos a corto y largo plazo y de quiénes se hacen responsables en caso de producirse, ya que las farmacéuticas han exigido estar exoneradas de responsabilidad.

P.- La de AstraZeneca provoca trombos y sin embargo ha sido aprobada por la EMA, Agencia Europea del Medicamento.

R.- Todas las vacunas génicas contra covid pueden producir trombos y particularmente  microtrombos  que afectarán a medio plazo, sobre todo si la persona se revacuna. El problema de la AstraZeneca y en general de todas las vectorizadas (Janssen, Sputnik, Cansino) es que los adenovirus vectores se sabe desde hace tiempo que producen trombocitopenia trombótica autoinmune. Particularmente, la AstraZeneca tiene además en su composición un gen de plasminógeno: una proteína que interviene en la coagulación-disolución del coágulo, por lo que puede haber ocasionado trombos mayores y con más frecuencia.

En cuanto a la EMA y en general las agencias reguladoras, están demasiado “controladas” por Farmaindustria, no hay más que comprobar el currículum de la Sra Emer Cooke, directora ejecutiva de la EMA .

P.- La Pfizer ¿es la buena?

R.- Las vacunas de Pfizer  y Moderna son de ARNm encapsulado y se sabe que las nanopartículas que forman la cápsula son muy tóxicas al contener lípidos catiónicos que dañan las mitocondrias  y que sólo pueden eliminarse por la bilis o la leche materna, poniendo en grave peligro a los bebés de madres lactantes. Por otra parte,su gran liposolubilidad permite que se distribuyan por todo el organismo, habiéndose encontrado incluso en el cerebro. Además, como el ARNm tiene un nucleósido modificado no se sabe realmente cuánto tiempo permanecerá en las células.

P.- ¿Hay alguna buena? ¿Cuáles son sus efectos previsibles?

R.- Ninguna de las vacunas desarrolladas contra la covid es buena, ni siquiera las chinas convencionales a base de virus atenuados (Sinovac, Sinopharm), ya que todas ellas pueden producir un síndrome de ADE o enfermedad aumentada por vacuna, que consiste en que las personas vacunadas si se infectan con otra variante desarrollarían una enfermedad más grave e incluso mortal.

Todo ello sin que se sepa nada de los efectos a largo plazo, particularmente de las vacunas génicas ya que nunca antes se han probado,  aunque está bastante bien establecido consultando estudios de ciencia básica, que pueden ocasionar problemas neurológicos como esclerosis múltiple, problemas de fertilidad y autoinmunidad.

Por otra parte no se sabe, según los estudios clínicos publicados, si la persona vacunada queda inmunizada , por cuánto tiempo en caso de estarlo y si puede transmitir el virus, siendo esto último bastante probable.

P.- Las llamadas vacunas rompen la dinámica en campana de la epidemia y hacen más proclives a los vacunados a enfermar de cepas cada vez más agresivas. ¿Es así?

R.- Es más o menos lo que propone el virólogo Geert Vanden Bossche y pienso que no le falta razón, de hecho es lo que estamos viendo actualmente en países con una agresiva campaña de vacunación como Israel, Chile o la India.

Un modelo práctico en que se basa esta previsión es en la enfermedad de Marek de los gallineros. Se ha comprobado que las vacunas para esta enfermedad inducen epidemias más agresivas e incluso, los pollitos de gallinas vacunadas, nacen con inmunodeficiencia y mayor predisposición a enfermar.

P.- ¿Qué podemos esperar en el otoño-invierno? ¿Cuántos vacunados pueden morir?

R.- Actualmente estamos viendo cómo las campañas de vacunación covid están relacionadas con mayor morbilidad y mortalidad en vez de inmunización. Los estudios estadísticos del decano del Colegio de Biólogos de Euskadi, Jon Ander Etxebarria, así lo demuestran también en el País Vasco. Pero esto serían sólo los efectos inmediatos de las vacunas.

El más que probable síndrome de ADE que pronostican todos los expertos mundiales se producirá en unos meses, muy probablemente coincidiendo con la epidemia estacional de gripe, entonces las hospitalizaciones y muertes se pueden incrementar de manera alarmante. Varios inmunólogos y genetistas de prestigio estiman una mortalidad de entre el 20y el 30% de los vacunados que se infecten.

P.- Los errores de los Gobiernos, la OMS y las farmacéuticas que conducen a las vacunas, ¿cree usted que han sido accidentes, fruto de la histeria, o han sido malintencionados?

R.- La pandemia ha sido una excusa perfecta que los gobiernos han aprovechado para reducir sin evidencia científica y por tanto de una manera injustificada, libertades básicas y esto no ha sido en un país o dos, sino al menos, en todo el mundo occidental de tradición democrática. Para mí está claro que no es algo accidental sino deliberado. Las personas bien informadas saben que tanto el Foro Económico Mundial como la ONU, con su Agenda 20-30, tienen un plan bien establecido y que no es precisamente filantrópico.

P.- ¿Ha podido más la codicia y el lenguaje bélico de los gobiernos que la sensatez y la ciencia?

R.- Se han combinado en un cóctel perfecto de ingeniería social la codicia, la manipulación mediática, el miedo, la ignorancia y lo peor de todo: la maldad.

P.- ¿Usted que nos recomienda? ¿Vacunarnos o no?

R.- Sin ninguna duda  ¡no vacunarse!