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Deconstruyendo a Bill Gates: A todos los idiotas les da por la ingeniería social

Redacción




Enrique de Diego.

A todos los idiotas, y tiranos, que es lo mismo, les por la ingeniería social y pretendiendo hacer el bien destruyen las sociedades a su paso como Atila. Bill Gates fundó la empresa Microsoft y lanzó al mercado el sistema operativo Windows. De ahí le vino un fortunón que, según la revista Forbes, se estima en 96.6 mil millones de dólares. Podía gozar de su fortuna, o dedicarse a obras de caridad, pero le ha dado por problemas globales, como la pandemia del coronavirus, que sospechosamente la predijo en una de sus charlas mortíferas, o el calentamiento global, hipótesis errónea que el Club de Roma situó en un período de glaciación allá por el año 2000, pero como no nevaba suficiente, lo cambiaron por el calentamiento global, que es un auténtico bulo, y más aún por el cambio climático, que vale para todo y es menos comprometido.

Echemos al brebaje una angostura de Thomas Malthus, al que Bill Gates era adicto desde pequeño, pues ya lo era su padre, y una alta dosis de complejo de culpa: «No es justo que tengamos tanta riqueza cuando miles de millones de personas tienen tan poca», explicó Melinda en una de las cartas anuales de la pareja, y lo que sale es un engendro, que dicen filantrópico, por aquello de poderoso caballero es don dinero. Lo cierto es que Bill Gates y Melinda Gates, desde su extensa finca, que recibe el sobrenombre de Xanadu 2.0, y vale unos $124 millones de dólares, están empeñados en salvar el planeta reduciendo la población un 10-15%, lo cual queda bien en porcentaje pero en términos absolutos representa un montón de gente, como se le escapó a Bill Gates en una de sus charlas, aunque argumentó, en favor de las vacunas, que cuando la gente está más sana tiene menos hijos, lo cual resulta incomprensible.

Bill y Melinda, cuya historia en común comienza en 1987, tienen tres, Jennifer, Rory y Phoebe, que han sido educados todo lo espartanamente que se puede y que no son sus herederos universales, si no que a cada uno le está destinado un fondo de 10 millones de dólares, y no tuvieron móvil hasta los 14 años, al igual que han tenido prohibido los videojuegos violentos. Su primera hija, Jennifer, nació el 26 de abril de 1996 y se graduó de la Universidad de Stanford. Actualmente está inscrita en la escuela de medicina en la ciudad de Nueva York, según muestra su cuenta de Instagram. Jennifer Gates tiene una pasión por el deporte ecuestre y gracias a ello ha participado en eventos internacionales. En enero, su novio, Nayel Nassar le propuso matrimonio.

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El hermano menor de Jennifer, Rory Gates, es el único varón de Bill y Melinda. Rory se graduó de la escuela preparatoria en 2018 y se inscribió en la Universidad de Chicago, según la cuenta de redes sociales de Jennifer. A pesar de la prevalencia del apellido de su familia, Rory Gates mantiene una vida relativamente privada. La tercera hija de los Gates, Phoebe Gates. Al igual que su hermano, ella mantiene un perfil bajo. La más joven de la familia ha indicado en su biografía privada de Instagram que es una estudiante en la clase de Lakeside School.

Lo de no ser los herederos universales ni tener protagonismo se debe a que los padres están metidos en «buenas causas» y desean que les sobrevivan. Resulta sospechoso que fuera tan visionario que previera el coronavirus, máxime teniendo en cuenta sus estrechas relaciones con Wi Xinping, el Partido Comunista Chino y el Instituto Virológico de Wuhan, y su cerrada defensa de la gestión china del virus, pero los medios de comunicación están controlados por accionistas comprometidos con la agenda 2030 y algunas preguntas obvias no han sido planteadas. Donald Trump era el obstáculo a derribar y se ha logrado con malas artes electorales. Una vez el camino allanado, toca salvar el planeta del apocalipsis climático, creándolo el apocalipsis humano.

Dos son las medidas estrellas, que Bill Gates, quien ha dejado la gestión directa de Microsoft para tener más tiempo para su gran causa, piensa implementar: acabar con el tráfico aéreo y con el consumo de carne animal. Para ambas, como buen ingeniero social, que usa a los hombres como concreto, necesita el apoyo de los gobiernos, cuyos dirigentes llevan en la solapa la señal de la bestia, el pin de la agenda 2030, y están dispuestos a tomar las medidas pertinentes, en nombre de acabar con el maltrato animal y con la ganadería. Según el Barómetro de Economía Agrícola más reciente, publicado por Purdue University y CME Group, más de la mitad (55%) de los productores en Estados Unidos que respondieron la encuesta mensual dijeron que esperan que las fuentes alternativas de proteínas capturen hasta el 10% del mercado combinado de animales y proteína de origen vegetal. La mayoría de los agricultores dijeron que piensan que el impacto en los ingresos agrícolas que surge de la captura de una proteína alternativa del 25% del mercado total de proteínas sería negativo, y aproximadamente cuatro de cada 10 productores dijeron que esperarían ver una disminución de los ingresos agrícolas en un 10% o más.

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Los planes de Bill Gates encontrarán la resistencia de sociedades civiles ya muy debilitadas por la pandemia, en el que el cortoplacismo de las farmacéuticas y el pánico de sus dirigentes les ha permitido hacer el negocio del siglo, con la OMS de cómplice, de la que la Fundación Bill Gates y Melinda es el principal donante, y tiene un socialista marxista al frente. Veremos si las compañías aéreas están de acuerdo con ser sustituidas por trenes con literas y si los ganaderos y los consumidores ceden a la comida vegetariana en forma de proteínas vegetales y chuletones con células madre. Bill Gates quiere que los Gobiernos obliguen a sus poblaciones a tragar con sus planes megalómanos.

Los ingenieros sociales se han encontrado siempre con efectos perversos, por eso el gran filósofo Karl R. Popper proponía la ingeniería social fragmentaria, en un pequeño pueblo, por ejemplo, claro que George Soros la ha replanteado y cree que la Unión Europea es un buen escenario para ello. Han encontrado la resistencia de las poblaciones a las que intentan domesticar. La resistencia se está organizando en forma de partidos identitarios; una parte sustancial de la gente se niega a ser vacunado por las timo vacunas, que produce trombos, esterilidad y muerte. Bill Gates -y sus amigos, los amos del mundo- es muy poderoso pero no es omnipotente. Omnipotente sólo es Dios. La sociedad de amos y esclavos, a semejanza de la tiranía china, que le gusta a Bill Gates, quizás no tenga lugar y Bill Gates sea juzgado por crímenes contra la Humanidad. El futuro depende de la responsabilidad de cada uno.