Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Bajo las estrellas de París es una película dirigida por Claus Drexel con Catherine Frot, Dominique Frot, Mahamadou Yaffa, Jean-Henri Compère, Emilie Favre, cuenta la historia de Christine, una mujer que vive en la calle, aislada de su familia y amigos. En una fría noche de invierno se encuentra a Suli, un niño burkinés de 8 años que solloza delante de su refugio: no habla francés, está perdido y lejos de su madre. Unidos circunstancialmente por su condición marginal, se embarcan en la emocionante aventura de buscar a la madre de Suli en la mágica ciudad parisina.
La sinopsis oficial da fe de que nos encontramos ante un relato que quiere ser conmovedor, dirigirse a la emoción del espectador y tratar de transmitir que pese a todas las dificultades aún es posible no perder la fe en la humanidad.
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Claus Drexel (Affaire de famille, América) ya se había acercado a la vida de las personas sin techo en el documental Au bord du monde (2013).
Es una historia real, o que ha podido ser real, la película acaba con una dedicatoria a «Christiane M y todas las demás» y en una entrevista con el director y la actriz protagonista se dice que algunas de las imágenes de la película son reales, aquellas en las que vemos hileras de tiendas de campaña bajo los puentes del Sena y en el extrarradio de París.
Imágenes duras sin duda aunque sea difícil que los autores expongan todas las raíces del problema: mafias ilegales, tráfico de personas, ONG al servicio de oscuros intereses que facilitan la entrada de seres humanos aun a sabiendas de las dificultades que van a vivir. Y, por supuesto, la dramática situación de muchos países que pueden nadar en la corrupción y la ineficacia.
Sin embargo, la película trata de no ser maniquea y es una de sus mejores virtudes: «no podemos recoger toda la miseria del mundo», dice precisamente un trabajador de los servicios de limpieza que ha cedido a Christiane el lugar donde puede dormir.
También la vida de los vagabundos y desplazados se muestra en toda su crudeza, no se elude la violencia, las envidias, las traiciones. Pero sobre todas ellas emerge también una solidaridad que es la que mantiene la fe en la vida, la esperanza en el futuro.
Bajo las estrellas de París homenaje en su título al clásico Rene Clair (Bajo los techos de Paris ) aunque el estilo de la obra nos remita más a otro cineasta francés como el gran Jean Renoir. Sin duda dos grandes referentes que quedan – desde luego – por encima de Claus Drexel, pero que muestran el buen sentido y las aspiraciones de este cineasta contemporáneo que quiere que su obra esté muy pegada a la realidad.
Y Bajo las estrellas de París, con sus altibajos, sin duda lo está.