Enrique de Diego.
Con excelentes conexiones con el Partido Comunista Chino, Bill Gates viaja constantemente a China, donde controla el Instituto Virológico de Wuhan, y donde Wi Xiping, tirano campeón del libre comercio le rinde pleitesía. Es el principal donante de la OMS con 250 millones de dólares donde tiene al siniestro como peón Tedros Adhamon, un simpatizante marxista.
Tiene a los Gobiernos de la Unión Europea comprados y a su servicio, y a toda la izquierda. Pedro Sánchez le donó graciosamente 25 millones de dólares; lo que le costó mantener una «interesante» conversación con Melinda. Entre 1968 y 2007 ha recibido 6.700 millones de dólares en subvenciones.
Partiendo de premisas falsas, como el cambio climático, Bill Gates está ahora empeñado en conseguir que consumamos carne sintética, producida en laboratorio a partir de células madre, pero momentánea está fracasando, sus productos sin insulsos, no tienen sabor y quiere que los Gobiernos fuercen a sus poblaciones a aceptarlos, sacrificando así a su sector ganadero y a las personas que dependen de él. Rápidamente se está organizando la resistencia contra él y sus planes, los partidos identitarios son una fuerza poderosa y emergente, con cada vez más respaldo popular. A medida que se vayan conociendo sus planes y los de la agenda 2030, como la eliminación del transporte aéreo, la resistencia se irá haciendo más fuerte.
Las vacunas están siendo un fracaso a medias, están derivando en un colosal problema burocrático y cada vez más gente se da cuenta del timo y se niega a pincharse (no son vacunas). Los medios de comunicación está cada vez más desacreditados y surgen nuevas opciones exitosas. Bill Gates va a fracasar.