Virginia Montes.
El Vaticano se enfrenta a una situación financiera catastrófica, especialmente después de un año marcado por cierres e iglesias cerradas. Como resultado, el Papa Francisco ha decidido reducir significativamente los salarios de los habitantes de la ciudad papal.
Hace ya un año, el primer confinamiento afectó a gran parte del mundo, cerrando casi todos los negocios, dividiendo a las poblaciones en el hogar y prohibiendo incluso el acceso a las iglesias. Un año después, estos largos meses sin misa tienen una consecuencia particularmente concreta sobre las finanzas del Vaticano. Privado de los ingresos que suele derivar de las colectas organizadas en cada misa, el Vaticano se encuentra ante una situación económica catastrófica. Un problema que el Papa ha decidido afrontar de frente, en particular mediante importantes recortes en los sueldos del alto clero. Según información de Point, el soberano pontífice habría decidido entonces reducir en un 10% los sueldos de los cardenales, a partir del 1 de abril. Al 1 de marzo de 2021, el Colegio Cardenalicio tenía más de 220 cardenales.
Los jefes de departamento y secretarios de dicasterio (ministerio en el Vaticano) también deberían verse afectados, hasta un 8% de su salario actual. Finalmente, especifica Le Point , los empleados del Vaticano peor pagados también deberían estar sujetos a un recorte presupuestario, a través de un plan del 3%. Los aumentos salariales, como en otros lugares relacionados con la antigüedad del empleado, también se congelarán durante los próximos dos años. “Aunque la Santa Sede está adecuadamente capitalizada, es necesario asegurar la sostenibilidad y el equilibrio entre ingresos y gastos”, explicó en particular el Papa Francisco. Según Le Point , el Vaticano esperaría una pérdida de 50 millones de euros en 2020.