Virginia Montes.
Los franceses están deprimidos, la oposición indignada. La última fuerte decisión de salud del gobierno, anunciada por el primer ministro Jean Castex el 18 de marzo, que instituye una nueva contención en 16 departamentos con medidas menos restrictivas que en los dos primeros, está causando revuelo. “La contención es lo que hacemos cuando hemos fallado en todo. Vacunación lenta e inconsistente, política de pruebas deficiente, hospital público debilitado: esta noche, el gobierno está haciendo pagar a los habitantes de los territorios afectados sus repetidos fracasos ”, escribió Marine Le Pen en Twitter, la misma noche de los anuncios, que entró en en vigor el viernes 19 de marzo a la medianoche para 21 millones de franceses. «Negaron todo. Entonces no planearon nada, no organizaron nada. Regreso a la Edad Media: encierro. Luego el desconfinamiento. Luego, la re-contención. El gusano ”, declaró el líder de la Francia rebelde, Jean-Luc Mélenchon.
Poner fin a la política de confinamiento
Los opositores a Emmanuel Macron ofrecen opciones alternativas a la política de salud implementada. Empezando por los hostiles al encierro, incluido Nicolas Dupont-Aignan, presidente de Debout la France. “ Llevo meses proponiendo un plan B para reabrir cosas, proteger a los más vulnerables, tratar y difundir buenas prácticas de cuidado, como instituir una cura preventiva con vitamina D u ofrecer mascarillas FFP2 a los ancianos. Encerrar es inútil. Según él, el gobierno tuvo que resolver de nuevo la contención porque no había puesto en marcha las medidas para continuar en la senda de la no contención, como la difusión masiva de la vacuna. Incluso en este contexto, el diputado soberanista dice que es » hostil al encierro«, Porque no tendría» más interés «.
Después de un año, hay que señalar que la lógica de las restricciones es absurda.
Una posición compartida por Florian Philippot, al frente de los Patriots: “ Después de un año, debemos tomar nota de que la lógica de las restricciones es absurda, ya no vemos el vínculo con una política de salud. Nada demuestra que el encierro reduce la contaminación y las hospitalizaciones, todo está abierto en España y las cosas van mal, los suecos tienen menos muertos que nosotros en proporción, ¡sin haber confinado desde el inicio de la crisis! «.
